Un llamado a la paz
3 de noviembre de 2017
Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. 2 Corintios 13.11
Que hermosas virtudes las que resalta el apóstol en el texto bíblico. En este pasaje Pablo le habla a los corintios y les hace un llamado a la paz. La paz es uno de los sentimientos más anhelados por la humanidad. Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas o sin dolor. Paz significa que a pesar de los desafíos de la vida permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Es una quietud de espíritu que no se altera por la adversidad. Es la paz una virtud necesaria.
En momentos en los que nos encontramos como país, donde enfrentamos retos sociales y procesos políticos que definirán nuestro futuro, hacemos un llamado a la paz. Debemos permanecer unidos y en armonía, a pesar de nuestros distintos ideales o filosofías.
No podemos negar que la violencia es uno de los problemas mayores que confrontamos como sociedad. Sin embargo, podemos ser agentes de paz para que disminuyan las guerras, la opresión, la desigualdad, la injusticia y el maltrato, entre otras caras de la violencia.
Sabemos que la vida nos traerá momentos difíciles que alteraran nuestro día a día, pero lo importante es alcanzar la paz de Dios que todos necesitamos. Podemos lograr la paz si cada persona se ama a sí mismo y ama a sus semejantes como Cristo ama la humanidad. La paz se traduce en principios como perdonar, abrazar, sonreír, escuchar, amar y respetar. La invitación es a no solo hablar de paz, sino a actuar para lograrla.
Un llamado a paz. Es el Dios de paz y amor el ancla de nuestra esperanza. Así, lo afirma ese emblemático himno: “Estoy bien con mi Dios”, que muchos hemos entonado. Su autor, Horatio Spafford, lo compuso luego de vivir eventos traumáticos. En medio de un escenario incierto y lúgubre, este hombre experimentó la paz de Dios que sobrepasa a las circunstancias que le rodeaban. Comparto unas líneas de esta alabanza. Te invito a que las atesores y experimentes la paz de Dios en tu corazón.
De paz inundada mi senda ya esté
O cúbrala un mar de aflicción,
Cualquiera que sea mi suerte, diré:
¡Estoy bien, tengo paz, Gloria a Dios!
¡Estoy bien, Gloria a Dios
Tengo paz en mi ser, Gloria a Dios!
Oración
Señor confiamos en Ti porque Tú eres nuestro buen Pastor. Te pedimos que nos conduzcas por sendas de rectitud. Si en el camino somos tentados, nos llenamos de ansiedad o nuestra fe desmaya, minístranos Tu paz. Ayúdanos, para que, a pesar de los desacuerdos y conflictos que enfrentemos, que permanezca la hermandad. Por Cristo. Amén.
Autor: Gina Marrero