¿Quién te recomienda?
30 de octubre de 2016
Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo sino aquel a quien recomienda el Señor. 2 Corintios 10.18 (NVI)
Es frecuente escuchar: “no recomiendo a nadie. Te doy varios nombres y llamas al que mejor te parezca. No quiero que me culpes, si algo sale mal.” Quien así habla, posiblemente ha tenido una mala experiencia con algún “handyman” o contratista independiente de trabajos pequeños.
Pablo es acusado de ser una cosa de frente y otra cuando estaba lejos. El apóstol se defiende con la hoja de servicio desplegada a favor de los corintios.
El Rev. Héctor M. Rivera, quien se jubila mañana, cuenta que, en una ocasión, mientras compraba en una panadería, se le acercó un evangelista para recomendarse él mismo. Su línea fue: “tengo los nueve dones del Espíritu”. Es como decir, usted no puede perderse la oportunidad de llevarme a su iglesia…Es posible que el Señor lo usara muy particularmente en alguna faceta, pero suena a pretensioso.
El trabajo nuestro no es impresionar. Es servir a Dios con todas nuestras capacidades (dadas por él) y todas nuestras fuerzas para ampliar su reino. Si en el proceso alguien reconoce alguna capacidad de excelencia y comenta o recomienda, damos las gracias con humildad y le entregamos la corona de gloria al Señor. De esa manera es el mismo Señor quien nos estaría recomendando.
Si tienes un talento o capacidad, úsalo con alegría. Prepárate para hacerlo bien. Reconoce que el dueño y a quien le das honra, es al Señor. En el proceso creces y edificas a la iglesia.
Oración: Padre bueno, gracias por los dones y capacidades que das a tus hijos para que te adoren y sirvan a los demás. Ayúdanos a hacerlo bien y con humildad. Toda la gloria es para ti. Amén.
Autor: Luis Montañez