¡Qué actitud!
23 de noviembre de 2016:
La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús. (Filipenses 2.5 NVI)
Escribo esta reflexión la mañana del día en que recibiremos a nuestros atletas olímpicos después de la Olimpiada en Río de Janeiro, Brasil. Es la fiesta deportiva a la que los ojos del mundo siguen con pasión. Puerto Rico la recordará como un punto de inflexión en nuestra historia como pueblo. La medalla de oro en el tenis de sencillos femenino la obtuvo la joven puertorriqueña Mónica Puig. La gran mayoría de nosotros hemos mencionado su nombre desde aquel hermoso sábado 13 de agosto. Se ha resaltado su temple, la garra deportiva y su actitud desplegada en cada encuentro, previo a la significativa presea dorada.
Se le adjudica a Winston Churchill decir: “la actitud es una pequeña palabra que hace una gran diferencia”. Lo creo firmemente, no porque lo haya dicho este gran estratega, sino porque está en el registro bíblico, antes del hermoso himno de Filipenses 2.
El apóstol nos pide que tengamos la misma actitud de Cristo. Ese es un pedido equivalente a la fórmula del éxito en la vida. Claro está, el éxito en la vida del cristiano no necesariamente se mide por los mismos parámetros de lo que comúnmente se entiende como éxito.
Se trata de vivir con desprendimiento, practicando el servicio, la sencillez, la humildad y la obediencia a los estatutos y mandatos de la Palabra de Dios. No nos ubica en el pináculo del triángulo, sino en la base junto a los demás, en armonía y hermosa humanidad solidaria.
Definitivamente, es el estilo de Jesús, modelo y norte de nuestra vida.
¿Vivimos ese modelo de éxito?
Oración
No nos cansamos Señor, de leer ese trozo de Filipenses 2. Ayúdanos a incorporar cada detalle del mismo en el interior de nuestras mentes, para imitarte correctamente. Amén.
Autor: Luis Montañez