A pesar de nuestra condición el Señor da oportunidad de redención
9 de septiembre de 2017
«8 Pero ahora tú, Señor y Dios nuestro, por un breve momento nos has mostrado tu bondad al permitir que un remanente quede en libertad y se establezca en tu lugar santo. Has permitido que nuestros ojos vean una nueva luz, y nos has concedido un pequeño alivio en medio de nuestra esclavitud. 9 Aunque somos esclavos, no nos has abandonado, Dios nuestro, sino que nos has extendido tu misericordia a la vista de los reyes de Persia. Nos has dado nueva vida para reedificar tu templo y reparar sus ruinas, y nos has brindado tu protección en Judá y en Jerusalén». Esdras 9.8-9 (NVI)
Esdras se compungió por el pecado del pueblo contaminado con la idolatría y prácticas de los otros pueblos. Se humilló e hizo oración de confesión de pecado, reconoció la gracia de Dios a pesar de su condición y asumió compromiso con la transformación. El Señor permitió que pasaran por angustia y desolación por su desobediencia. No obstante, Dios en su misericordia los alumbró con su luz y permitió el regreso de un remanente a Jerusalén. Hoy nosotros como Pueblo pasamos por dolor, desolación y opresión a consecuencia del pecado. Somos llamados también a hacer oración de confesión por el pecado de nuestro pueblo y a suplicar la misericordia de Dios, sin eludir nuestra responsabilidad de responder con una propuesta de transformación que invita a volver a la ética del Reino de Dios. No adoramos imágenes elaboradas de distintos materiales. No obstante, hemos pecado al dejarnos seducir por el materialismo que da a luz la codicia, por adorar la criatura en lugar de su creador, por practicar el egocentrismo en lugar de la solidaridad, por dejarnos arrastrar por la búsqueda de sensaciones en lugar de transformar nuestra mente y conducta a la altura de Jesucristo y sus valores de amor, justicia y paz. Necesitamos pedir perdón por abandonar la Ley de Dios para responder a un relativismo que considera lo malo como bueno y lo bueno como malo. Él enciende una luz para que contemplemos una esperanza. Nos desafía a ser embajadores de Su Palabra invitando la humanidad a la transformación en Cristo y a aquilatar Su enseñanza como nuestra regla de vida.
Oración
Señor, te pedimos que nos ayudes a discernir los tiempos para identificar ideologías y prácticas que nos alejan de Tu verdad, de manera que entremos por el camino de Tus preceptos que nos llevan a la convivencia en paz. Una paz que brota de la práctica del amor y la justicia. Queremos ser embajadores de Tu Palabra, para la Gloria de Tu nombre. Amén.