Para Dios todos somos iguales

8 de agosto de 2016

Hechos 10.34–11.8

(Cántico: Los cielos cuentan – Julissa)

“—Ahora comprendo que para Dios todos somos iguales. Dios ama a todos los que lo obedecen, y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean” Hechos 10.34 (TLA).

 

Recuerdo un viaje misionero a Venezuela hace varios años.  Un grupo de líderes de la iglesia nos preparamos para compartir la Palabra de Dios en algunas comunidades de Venezuela.  Me impresionó ver cómo familias caminaban largas horas para llegar al templo.  Caminaban por tierra y barro en medio de la oscuridad.  Estos hermanos llegaban gozosos con sus Biblias, dispuestos a adorar a Dios y a recibir Su Palabra.  Era hermoso contemplar cómo adoraban a Dios con sus instrumentos musicales y música típica.  No les molestaba si el culto se terminaba tarde, pues con el mismo gozo caminaban las horas necesarias para regresar a sus hogares.

Esta experiencia me conmovió de gran manera.  ¿Cuántas comodidades y recursos tenemos para aprender y escudriñar la Palabra del Señor?  A veces, teniendo Biblias en diferentes versiones, teléfonos inteligentes para buscar información y viviendo cerca del templo, ponemos tantas excusas para no estudiar la Palabra ni congregarnos.

El testimonio de aquellos hermanos me reafirma la grandeza de Dios.  La Palabra de Dios es más grande que nuestro mundo conocido.  En muchos países del mundo se proclama la Palabra de Dios en diversos idiomas y dialectos.  En cada cultura Su Espíritu Santo se manifiesta cuando Su pueblo se reúne a buscar Su rostro.

No importa el país en que vivamos, el Señor nos enseña, a través de Su Palabra, lo mucho que nos ama.  Con nuestros instrumentos musicales y con todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos, alabemos al Señor por Su grandeza.

La alabanza a Dios que proviene de nuestros hermanos en Venezuela es del agrado de Dios.  La alabanza a Dios que proviene de nuestros hermanos en Cuba, Colombia, Panamá, Paraguay, Méjico, Costa Rica, República Dominicana, Alemania, España, Canadá y todos los países del mundo, es del agrado de Dios.  Para Dios, todas son importantes.  Su Palabra nos recalca que para Dios todos somos iguales.

Oración

Señor y Dios nuestro, gracias porque Tu grandeza va más allá de nuestro conocimiento y entendimiento.  Gracias por la hermosura de la koinonía cristiana.  Tu pueblo cristiano Te rinde honor y gloria desde los países en que vivimos, nuestras culturas e idiomas.  Intercedemos por aquellos que aún no te han conocido.  Permite que podamos ser portadores de Tu grandeza con todo aquel que nos rodea.  En el nombre de Jesús.  Amén.

Autor: Rvda. Geritza Olivella