Obediencia en encuentro de preguntas y respuestas
2 de junio de 2017
«El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo». Josué 5.14-15 (RVR1960)
Después del cruce glorioso del Jordán y luego de la celebración de la Pascua, en una llanura cercana a Jericó, se suscitó un encuentro inesperado entre Josué y un «varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano».
Josué inicia el diálogo con una pregunta para auscultar sobre lo que vio cuando «alzó sus ojos» y la respuesta orientó el encuentro. El siervo de Dios «postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo».
Ante la manifestación de lo divino e inefable, nuestra humanidad se exhibe en imprecisiones, pero igual una actitud humilde encuentra el abrazo suave que nos cobija en Su ternura y encausa nuestro proceder desde lo santo. No es posible avanzar en el camino sin antes detenernos para postrarnos y adorar. Y antes de partir hacia Jericó, aun cuando hayamos cruzado el Jordán en seco, siempre es necesario ser sensibles a Su voz y presencia. Sabiendo que lo que fue, es y será, es posible en nuestras vidas, cuando nos damos en servicio obediente y reverente ante Aquel que nos llamó para Su gloria.
Oración
Señor, gracias por esos encuentros que nos anclan en Tu propósito. No queremos dar un paso sin antes postrarnos, adorarte, reconocer Tu santidad y obedecer Tu voz. En el Nombre de Aquel que es Camino, Verdad y Vida; Jesucristo el Señor. Amén.