¡No quiero negarte, Señor!
20 de julio de 2016
«Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No lo soy» (Juan 18.25).
Hace poco vi una foto de un hombre a quien le habían arrebatado su vida por causa de su fe en Jesucristo. Podía apreciarse que al momento de su muerte tenía en su mano una cadena con una cruz. Hay países donde la persecución hacia los cristianos es muy severa. Llevar algo tan sencillo como una cruz, puede costarles la vida. Muchos cristianos son presa del miedo a ser torturados y escogen negar la fe. Otros son inundados de una valentía extraordinaria y dan paso al frente para entregar sus vidas.
Pedro se encontró en un momento similar la noche en que Jesús fue apresado. Los discípulos fueron desapareciendo de la escena poco a poco. Sus vidas estaban en riesgo. Él fue identificado como uno de los de Jesús, pero él lo negó. «No soy su discípulo».
¿Qué sentimiento gobernó su corazón? ¿La duda? ¿El miedo? ¿Ambos? Fue un momento de grande debilidad en la vida de este hombre. Tal vez nunca había experimentado tal quebrantamiento en su interior. Toda memoria de gloria al lado de Jesús, quedó ensombrecida en ese momento. Sabemos que luego, lloró.
Todos hemos vivido momentos de debilidad en la fe. Y estos no son para publicarlos. ¿Qué orgullo puede haber en ello? ¿Qué satisfacción? ¡Ninguna! Pero ese episodio en la vida del Apóstol nos anima y fortalece. Esta fe cristiana se hace fuerte en la debilidad. Y aunque en ocasiones hayamos dicho como Pedro «yo no soy de los de Cristo» esto evidencia que estamos evaluando lo que significa ser de Cristo.
No poseemos una fe basada en la ignorancia, sino en el conocimiento de lo que significa ser cristiano.
Oración
Señor, no podemos asombrarnos de la actitud de Pedro. Más bien nos recuerda las veces que te hemos negado. Ayúdanos para poder ser vencedores como él lo fue. Y que cada día, te neguemos menos. En Jesús, amén.
Autor: Rvda. Patria Rivera