La comida del encierro- Pan de Vida: 30 de marzo

Muy amados en el Señor, el fogón está encendido en todas nuestras casas. Se enciende por lo menos tres veces al día. Muchos padres se habían olvidado de lo mucho que comen sus hijos y la cantidad extraordinaria de energía que tienen. El estar con sus hijos durante todo el día por varias semanas los ha llevado a la conclusión de que se les debe aumentar el sueldo a todos los maestros y maestras de Puerto Rico y que deberíamos hacerle un homenaje especial al equipo de trabajo de los comedores escolares.

Sin duda alguna que estamos comiendo mejor que antes, mucho más saludable y con mejor sabor. El mejor índice para medir esto es la cintura de cada uno de nosotros y la impresión que tenemos de que toda la ropa se está encogiendo. Muchos están sacando la comida guardada para la próxima época de huracanes. Esa es la comida del encierro. ¿Se afectará negativamente nuestra salud con la comida del encierro? Por lo visto, parece ser todo lo contrario. Más aún, la Biblia tiene una importante historia sobre la comida en el encierro. Se encuentra en Daniel 1.8-17.

8Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. 9Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos; 10y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza. 11Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. 13Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. 14Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días. 15Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. 16Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.  17A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. 

Daniel y sus amigos fueron de los primeros en sufrir el destierro a Babilonia, posiblemente en el año 605 AC. Se les asignó comer de la mesa del Rey, pues se les preparaba para servir en la corte real. No obstante, ellos no quisieron participar de los banquetes del rey. No querían ingerir alimentos sacrificados a ídolos ni alimentos impuros. Definitivamente tampoco querían hacerse servidores del rey. No querían contaminarse. Escogieron legumbres y agua en lugar de los alimentos de la mesa del rey.  Al cabo de diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los que comían de la comida del rey. No necesariamente porque se hicieron veganos, sino porque no se hicieron paganos y tenían la bendición del Dios que habían conocido y al único al que servían de corazón.

Hay dos elementos que quiero destacar: 1) Es importante comer saludable para conservar nuestra salud. Comer saludable y a tiempo es esencial para tener un fuerte sistema inmunológico. 2) A Dios le interesa nuestra salud física tanto como nuestra salud espiritual.  

Sobre el primer punto debo señalar que probablemente en los tiempos de Daniel la manera en que se preparaban los alimentos dista mucho de las medidas sanitarias de nuestros tiempos. Tome por ejemplo la carne de cerdo, una de las delicias de la tierra borincana, especialmente en los tiempos de la Navidad. ¿Qué garantía tenemos de que esa carne se transportaba, manejaba y cocinaba con los cuidados del tiempo moderno? Imagínese esa carne en una cocina de un palacio hace tantos siglos atrás. De pensarlo nada más me convierto en vegano. Que viniera de la mesa del rey no significaba que sería lo más saludable. Legumbres ingeridas con acción de gracias a Dios aprovechan más. Estos jóvenes no quisieron comer de la mesa del rey de Babilonia, pero en su encierro comían delante del Rey de Reyes y del Señor de Señores.

Dice Proverbios 15.16-17: “Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación. Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio”. Sobre esto decía el Rvdo. Florentino Santana: “Aprovecha más una bolita de pegao con un poquito de habichuelas en un hogar con amor, que un bistec donde hay peleas”.  En el encierro, ingerir legumbres con acción de gracias en una casa llena de la presencia de Dios, es una grande bendición que trae salud al alma y sustento a nuestros cuerpos. 

A Dios le interesa que estemos saludables, aunque haya encierro. Porque Dios no está encerrado. Dios se está moviendo de casa en casa, de familia en familia y de corazón a corazón. Dios no solo está presente cuando las cosas están bien. Cuando Daniel y sus amigos perdieron sus casas, sus familias y su sustento en su encierro babilónico, ellos vieron a Dios darles salud, fuerzas y vida mientras comían las comidas de su encierro. No solo los bendijo con salud física, “Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños”. Ese mismo Dios se está glorificando en medio de nuestro encierro por el coronavirus. Les digo que Dios se está moviendo de una manera maravillosa en nuestras familias, en nuestras casas y en nuestros hogares.

Les insto a aprovechar que Dios no tiene horarios y puede recorrer por nuestras calles todos los días. Dios no está encerrado ni está quedado. Dios está activo brindando salud y bendición a su pueblo que confía en Él. Inspírate en su bendita Palabra, Ama como Cristo y Sirve en Espíritu y en Verdad. Que así te bendiga el Señor.

Rvdo. Miguel A. Morales Castro

Pastor General ICDCPR

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