Interrupciones oportunas
10 de marzo de 2016
Mateo 9.1-26
Interrupciones oportunas
«—Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado».
«—Apartaos, porque la niña no está muerta, sino que duerme».
Mateo 9.22b, 24a
Cuando una persona interrumpe a otra, se corta la continuidad de algo en el lugar o en el tiempo. Jesús se dirigía a la casa de Jairo para ver a su hija que estaba muriéndose. En el camino, una mujer anónima, enferma y rechazada propuso en su corazón acercarse a Jesús. «Con solo tocar su manto, seré salva» – pensó.
Lo que parecía ser una interrupción, terminó en una gloriosa experiencia para esta mujer y la hija de Jairo.
En ocasiones, pensamos que interrumpimos al Señor con nuestra petición. Pensamos que Él debe estar muy ocupado bendiciendo a personas «importantes» o reconocidas. Miramos hacia el lado para comparar lo que el Señor está haciendo con los demás, y no nos percatamos de que el Señor se ha detenido para escucharnos y atender nuestra necesidad.
Lo que algunos pudieran catalogar como interrupción por parte de la mujer del flujo de sangre, Jesús lo vio como el momento oportuno para manifestar Su gloria. Jesús no favoreció a una mujer por encima de la otra, las bendijo a ambas. No llegó tarde, siempre estuvo. Su poder es tan inmenso, que aún en la distancia puede hacer el milagro.
Oración
Señor, te damos gracias porque podemos testificar que con solo tocar el borde de tu manto hemos encontrado sanidad integral para nuestra vida. Ayúdanos a mirarte a Ti en todo tiempo. Queremos percatarnos de lo que estás haciendo en nosotros y a través de nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.
Autora: Rvda. Geritza Olivella