¡Embajadores!
25 de octubre de 2016
Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.» (2 Corintios 5.20 NVI)
Un amigo, vecino y miembro de una de nuestras iglesias, al jubilarse, decidió estudiar para certificarse en la mediación de conflictos. Me parece muy interesante. Significa que, a pesar del avance de la sociedad, la realidad del conflicto permanece como un asunto al que hay que enfrentar todos los días.
Como nuestro mayor conflicto es estar separados de Dios, Él mismo hizo la provisión mediadora para resolver ese serio asunto y re-ubicarnos… Por eso vino Cristo.
Porque es reconciliador por excelencia, nos ha delegado a nosotros esa hermosa y espiritual tarea.
Al momento de escribir esta reflexión, los Estados Unidos de Norteamérica se encuentran enfrascados en la política partidista pre-eleccionaria. En la misma, se ha polarizado en grado extremo la diatriba contra grupos de personas, incluyendo ciudadanos del país, debido al color de la piel o la creencia religiosa. Lamentablemente, participan, de alguna manera, líderes de iglesias. Claramente, es una actuación fuera de la voluntad y acción reconciliadora del Padre. Necesita el mayor rechazo de los cristianos. No se puede proclamar y enseñar reconciliación con Dios cuando el color de la piel establece una barrera de separación.
¿Qué barreras, auto impuestas, hay en nuestra vida que laceran o limitan nuestra misión reconciliadora? Esa misión es endógena a nuestra clasificación de hijos de Dios, reconciliados con Él por haber creído en Su hijo.
Oración
Padre nuestro, gracias porque nos diste el privilegio de llamarte Padre. Al hacerlo aceptamos la tarea y el rol de ser embajadores Tuyos en el ambiente diario en el cual nos desempeñamos. Ayúdanos a representarte de forma excelente, haciendo lo que nos ordenas. Amén.
Autor: Luis Montañez