Dureza de corazón
28 de diciembre de 2016
No endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron y pusieron a prueba a Dios en el desierto. Hebreos 3.8 (DHH)
La lectura de hoy evoca un momento muy triste en la vida del pueblo de Dios mientras vagaba por el desierto, camino a la tierra prometida. Hubo falta de agua. Dios los había sacado milagrosamente de la esclavitud y había guiado su trayectoria, proveyendo lo necesario. Ahora, querían regresar porque dudaban de que tendrían el agua tan necesaria para la vida. El episodio fue tan fuerte, que el mismo Moisés hizo lo que no se le ordenó. Azotó la piedra de la cual saldría agua a pesar de que Dios le había dicho que le hablara. Aquella acción destemplada le costó su entrada personal a la tierra prometida.
La cultura occidental moderna y rápida nos provoca desesperación cuando nos falta la comodidad a la que estamos acostumbrados. Claramente es incómodo, porque si pagamos por el servicio, esperamos recibirlo. No es sencillo estar 56 horas sin electricidad por causa de un apagón, cuando sabemos que la agencia a cargo no ha hecho lo que tiene que hacer para evitar algo así.
Claro está, la dimensión espiritual de la vida es mucho más serio que esto. Somos probados porque la vida conlleva dificultades, esperadas (provocadas por decisiones incorrectas) o inesperadas, cuando no hay razones para que surjan.
Es aquí cuando las palabras del Salmo 40.1 nos re-orientan: “pacientemente esperé en el Señor y oyó mi clamor”. Él conoce nuestra necesidad y nuestro dolor. No se aparta para no escuchar, al contrario, se inclina para oír con atención.
¿Estás esperando la intervención divina? No endurezcas tu corazón. Espera con corazón sensible y paciente.
Oración
Padre nuestro, ayúdanos a mantener un corazón fiel, sensible y obediente a Tu Palabra para ver Tu obra hermosa. En Jesús. Amén.
Autor: Luis Montañez