1 de agosto de 2016

Hechos 7.1-22

“Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en sus palabras y obras” (Hch 7.22).

Esteban, uno de los siete diáconos de la Iglesia en Jerusalén, fue acusado, con falsos testigos, de blasfemia contra el templo y los antiguos líderes de Israel.  Él se defendió, narrando cómo Dios movió los hilos de la historia para que Su pueblo sobreviviera inmensas adversidades.  Levantó a Moisés como gran libertador de Su pueblo del yugo egipcio.  Con gran poder, en palabras y obras, lo condujo por un espantoso desierto durante cuarenta años, hasta introducirlo en la tierra de Canaán.

Ese mismo Dios libertador se encarnó en Jesús de Nazaret, quien representa salvación y redención del pecado para toda la humanidad.  En Jesús se cumplió la promesa dada a Abraham en Ur de los caldeos: “En ti serán benditas todas las naciones de la tierra” (Gn 12.3).

Dios cumplió y cumplirá Sus promesas dadas a los padres y a los profetas de Su pueblo.  Dios sigue siendo fiel a pesar de las debilidades, caídas y oscilaciones en la fe de los israelitas y a pesar de todas las fuerzas del mal que operan en el mundo y en las culturas de la humanidad.

Oración

Gracias, Señor, porque la historia no se detiene y en ella se manifiesta tu gracia y tu poder, cumpliéndose siempre Tus promesas de salvación y libertad, para todo ser humano, a pesar de nosotros y a favor nuestro.  Por Jesucristo oramos.  Amén.

Autor: Rvdo. Luis F. del Pilar