Dialogar en la contienda
14 de agosto de 2016
“Pablo y Bernabé tuvieron una discusión y contienda no pequeña con ellos. Por eso se dispuso que Pablo, Bernabé y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión” (Hechos 15.2).
Hay personas que pelean hasta con su sombra. Viven malhumoradas y con una personalidad volátil, donde muchas cosas los irritan y se vuelven impacientes. Cuando entramos en desacuerdos con otras personas, a veces nos comportamos de esa misma manera. Queremos hablar y ser escuchados. En ocasiones se nos hace difícil escuchar y prestar atención. Pensamos que somos los únicos en tener la razón y que el resto del mundo está equivocado. Se nos hace difícil dialogar sobre nuestros puntos de vista y optamos por atacar al que difiere con nosotros.
Pablo y Bernabé tuvieron un desacuerdo con líderes religiosos seguidores de la secta de los fariseos. Pablo y Bernabé enfrentaron respetuosamente a quienes diferían. No atacaron ni ofendieron a las personas, sino que defendieron sus ideas y argumentos hablando de las grandes cosas que había hecho el Señor.
Dice la Palabra que la contienda de Pablo y Bernabé con los que estaban en Jerusalén era una contienda no pequeña. A veces creamos contienda por cosas pequeñas que pueden resolverse si nos comunicamos efectivamente. Para eso hay que saber escuchar y expresarse respetuosamente. Si aprendemos a dialogar en las contiendas, en vez de ofendernos mutuamente, viviremos en paz y armonía con los demás, aunque pensemos diferente. No importa cuán grande o pequeña sea la contienda que enfrentemos en el día de hoy, hagámoslo llenos del Espíritu Santo. En Él hallamos dirección y sabiduría para que podamos comunicarnos con prudencia, dando testimonio del Dios que servimos.
Oración
Gracias Señor porque nos escuchas. Perdona cuando no escuchamos al prójimo en momentos de contienda. Ayúdanos a comportarnos como hijos tuyos y a dialogar en medio de contiendas. Danos la sabiduría y llenura de Tu Espíritu para no faltarle el respeto a los demás. Ayúdanos a testificar lo que has hecho en nosotros con nuestras palabras y nuestros actos, en todo lugar. Lo pedimos en el Nombre de Jesús. Amén.
Autor: Rvda. Geritza Olivella