¿De quién es la cara en la moneda?
29 de abril 2016
¿De quién es la cara en la moneda?
«Entonces Jesús les dijo: “Pues den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios.” Y su respuesta los dejó admirados.» Marcos 12.17 (DHH)
Alguien dijo que lo único seguro en la vida es la muerte y los impuestos. Acabamos de someter nuestras planillas para determinar la contribución sobre nuestros ingresos.
Jesús también pagó impuestos. Bajo el orden romano, los judíos, sometidos a ese imperio, tenían que pagar impuestos. Nada agradable en aquella época. Tampoco lo es en este tiempo.
Una vez más los religiosos que seguían a Jesús, para criticarle, le tendieron una trampa. Querían forzar una contestación con la cual no quedaría bien. Si decía que no, se oponía a la ley establecida. Si decía que sí, se alineaba en contra del sentimiento del pueblo, que buscaba la manera de librarse de aquella carga impositiva.
En su sabiduría, Jesús quiso ver la moneda. La misma tenía la imagen del emperador reinante en aquel momento, Tiberio César. Por lo tanto, era de él. La mandó a acuñar para garantizar las transacciones en su territorio.
La respuesta de Jesús es conocida y citada por muchos… Como ciudadanos de ley y orden, tenemos la responsabilidad de obedecer las leyes y mantener los sistemas necesarios para el bien de todos. Como cristianos, tenemos que mantener nuestra lealtad suprema a Dios, en obediencia a Su palabra. Esto implica levantar nuestra voz cuando el César quiere absorber lo que es de Dios. Somos de Él y hacia Él vamos.
¿Nos debatimos entre lo del César y lo de Dios?
Oración: Señor, ayúdanos a vivir con la claridad necesaria para establecer y afirmar que somos tuyos, aún contra toda oposición que enfrentemos. Amén.