De la claridad a la luz
23 de agosto de 2016
«Pero mientras iba yo de camino y estando ya cerca de Damasco, a eso del mediodía, una fuerte luz del cielo brilló de repente a mi alrededor y caí al suelo. Y oí una voz que me decía Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» (Hechos 22. 6-7 DHH).
El encuentro de Saulo de Tarso con Jesús, es uno de los momentos más importantes y dramáticos, registrados en el Nuevo Testamento de la Biblia. El estudioso, religioso y recto hombre, seguidor de la ley judía, fue sorprendido por aquel a quien perseguía.
Convencido de que lo que hacía agradaba a Dios, caminaba, a plena luz del día, para ejecutar su plan de apresamiento de cristianos. Pero la claridad del mediodía de los humanos es oscuridad para Dios. Una fuerte y brillante luz del cielo iluminó su oscuro mediodía.
Desde aquel momento, su proyecto de vida cambió. Se convirtió en el humano que explicaría el mensaje de Jesús en una gran parte del mundo conocido de la época. Sus escritos dominan el NT.
Todos los días nos encontramos con personas brillantes, en todos los órdenes de la vida. Muy serios y trabajadores, profesionales o con un oficio, haciendo bien a la sociedad. Es muy loable.
Lamentablemente, en este grupo, está quien cree que Jesús no es necesario en su vida. Confía en el bien que hace como lo único necesario para asegurarse un lugar en la eternidad con Dios.
¿Conoces a alguien así? No debemos atosigarle el evangelio, sino pedirle a Dios que, en Su voluntad, se le aparezca, en el mediodía de su trayectoria.
Oración
Gracias Señor por iluminar nuestro camino. Te pido por aquellos que creen que no te necesitan. Irrumpe con poder en el mediodía de sus vidas. Amén.
Autor: Rvda. Patria Rivera