Cuando tenga tiempo
26 de agosto de 2016
«Y mandó Félix llamar a Pablo y escuchó lo que este decía acerca de la fe en Jesucristo. Pero cuando Pablo le habló de una vida de rectitud, del dominio propio y del juicio futuro, Félix se asustó y le dijo: vete ahora. Te volveré a llamar cuando tenga tiempo» (Hechos 24b-25 DHH).
Conocemos personas que declinan ir a un médico, aunque lo necesiten. Tienen miedo de que les digan que tienen un mal incurable o una condición difícil de tratar. Es como si la decisión de no ir eliminara la realidad de la enfermedad… No tiene sentido.
Algo similar decidió Félix, el gobernador. Pablo fue enviado a él para que éste decidiera sobre la acusación de los judíos. Félix conocía los detalles de la predicación del Evangelio. Al verse confrontado y provocado a vivir limpiamente ante Dios, se atemorizó. Estaba enfermo, pero rechazó la medicina. La “tomaría” cuando tuviera tiempo.
El Reverendo Carmelo Terranova decía que la Palabra de Dios tiene un toque ofensor. Hebreos 4.12 dice que es espada cortante que discierne las intenciones del corazón. Corta, no destruye. Es la medicina necesaria para la enfermedad. Es el bisturí indicado para la operación precisa en el alma de los humanos.
¿Habrá áreas en nuestra vida las cuales sabemos deben ser puestas bajo el análisis y “bisturí” del Espíritu Santo? La convicción que podemos sentir ante esta pregunta viene de Dios. No hay garantía de que podemos atender esto más adelante, cuando haya tiempo.
No pospongamos aquellos exámenes, del alma y del cuerpo, que sabemos hay que hacerse.
Oración
Padre santo, gracias por el toque ofensor de Tu Palabra. Queremos responder correctamente cuando ella habla profundamente a nuestra vida. Gracias porque no Te rindes y, como el médico por excelencia que eres, quieres darnos Tu cuidado.
Autor: Rvda. Patria Rivera