Corazón arrepentido

8 de abril de 2016

Mateo 27.1-14

Corazón arrepentido

«Entonces Judas, el que lo había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo:—Yo he pecado entregando sangre inocente».  (Mateo 27.3-4)

Es común que a los niños en la escuela les asignen trabajar con el árbol genealógico de su familia.  Cuando vemos nuestro árbol genealógico, encontramos personas de nuestra familia que hicieron actos o hazañas memorables.  Nos sentimos orgullosos cuando alguien en nuestra familia hizo una contribución para el bienestar de otros.  Es probable que en nuestro árbol genealógico tengamos personas de las cuáles no nos sintamos orgullosos, porque sus actos fueron vergonzosos o provocaron mucho dolor y tristeza.

Me pregunto si la familia de Judas lo habrá borrado de su historia familiar.  Me pregunto si sus acciones provocaron vergüenza en su familia y optaron por negarlo.

La triste historia de Judas nos muestra que un corazón arrepentido, sin reconciliación con Cristo, es camino de perdición.  No basta con solo tener un corazón arrepentido.  Hay que llegar hasta donde Jesús para pedirle perdón y reconciliarnos con Él. Hay que llegar hasta donde está la persona que nos ha hecho daño y perdonarla.  Hay que llegar hasta la persona que hemos lastimado y pedirle perdón.

Un corazón arrepentido ante la presencia del Señor, es una oportunidad para hallar una vida nueva.  Es renovar nuestra forma de pensar, hablar y actuar, siguiendo el modelo de Aquel que tomó nuestros pecados y nos ofrece perdón.

Oración: Señor, venimos ante Ti con corazones arrepentidos y humillados.  Queremos reconciliarnos contigo y con nuestro prójimo.  No queremos tener el mismo final de Judas.  Queremos volver a encontrarnos contigo, pedirte perdón, ser transformados por Ti y aprovechar la oportunidad que nos regalas.  Oramos en el nombre de Jesucristo, Quien borra y limpia el corazón de todo pecado.  Amén.