“Como Cristo, en una entrega sacrificial”
19 de noviembre de 2016
“Estén sujetos los unos a los otros, por reverencia a Cristo. (Efesios 5.21 DHH)
Pablo escribe a los efesios en un momento en el que no se le daba a las mujeres, niños y esclavos el valor inherente a su condición de ser humano. Tan es así, que se dice que los varones judíos daban gracias a Dios por no haberles hecho mujeres, esclavos ni gentiles ya que no eran considerados “personas”. Además, la institución del matrimonio atravesaba un momento muy difícil. Se había generalizado el divorcio y las doncellas muchas veces se negaban a casarse porque podían quedar en una posición desventajada, en el caso de ser repudiadas. Esto era muy común porque se podía repudiar a la mujer por cualquier trivialidad.
El cuadro era igual de desesperanzador para los esclavos. La esclavitud era común en la época y los siervos eran víctimas de abusos, que podían llegar hasta la muerte.
Los hijos, las mujeres y los esclavos eran considerados posesiones y se cometían injusticias contra ellos. Un padre podía repudiar y hasta matar un hijo nacido con algún defecto, o simplemente por no ser varón.
En su carta a los efesios, Pablo aconsejó a los creyentes a despojarse de la vieja criatura, ser agentes de luz y llenarse del Espíritu. Es en este contexto en el que el Apóstol introduce el tema de la sujeción los unos a los otros. El creyente tiene la mejor referencia de la sujeción voluntaria en la entrega sacrificial de Cristo. Por ello, debe honrar esa entrega y debe esforzarse en imitarla en la esfera de la cotidianidad.
Pablo nos enseña que, en nuestras relaciones de matrimonio, familia, trabajo y en todas las esferas de la vida, somos llamados a servir de buena gana y con buena disposición, como quien sirve al Señor y no a los hombres. Debemos darnos en amor, tal y como Cristo se dio.
Oración
Señor Jesús, Te exaltamos y Te damos gracias por Tu entrega sacrificial. Ayúdanos a amar a nuestros cónyuges como Tú nos amaste. Permítenos edificar a nuestros hijos e hijas como Tú nos edificas día a día, con consejos en amor. No nos permitas pensarnos mayores a nuestro prójimo, buscando nuestro propio bien, sino sujetándonos los unos a los otros en amor. Amén.