Bajo el alcance de la provisión de Dios

9 de junio de 2017

Josué 20-21

«Entonces los hijos de Israel dieron de su propia herencia a los levitas, conforme al mandato de Jehová». Josué 21.3a (RV1960)

 

La tribu de Leví no recibió tierra como heredad.  Sin embargo, el que no recibiera heredad como las demás tribus, no significaba que estuviera fuera del alcance del cuidado y la provisión de Dios, pues la recibiría en medio de cada tribu.

De esta manera, habitando entre el pueblo, afirmarían la presencia sacerdotal en cada una de las tribus y así, el alcance de su ministerio.  Además, habiendo sido provistos de un lugar para la habitación de sus familias y su ganado, podrían dedicarse en alma y cuerpo al servicio para el cual habían sido llamados.

Muchas veces escuchamos testimonios de personas a las cuales Dios le ha hablado diciéndoles: «Ocúpate de mis asuntos y yo me ocuparé de los tuyos».  ¿Será que Dios les llama a que se desentiendan de los asuntos de la vida cotidiana y abandonen sus responsabilidades?  De ninguna manera, pues Dios exige de Sus siervos y siervas, los altos valores del Reino.

Nuestra experiencia ha sido que no hay nada más grato que dedicar la vida entera al servicio del Señor y, que cada instante que dediquemos a su servicio lo podemos ofrendar confiados.  Mientras ministramos, servimos y adoramos, Dios nos da fuerzas para que podamos adelantar Su Reino, levantar al prójimo y cuidar de los nuestros.  Mientras le entregamos todo nuestro ser, Su presencia es en todas las áreas de nuestra vida y con cada uno de los nuestros.  Dios es con nosotros con cuidados, provisión, gracia y gran bendición cada instante de nuestra vida.

Es posible que hayas recibido un llamado especial de Dios y que el temor y la preocupación por tu casa hayan detenido tu respuesta.  Hoy es día de responder en fe y con confianza, teniendo la certeza de que el Dios que te llama hará provisión para cada una de tus necesidades y las de cada uno de los tuyos.

¡Nada le falta al que sirve al Buen Pastor!  Así que, tu familia jamás tendrá mayor bendición que tu obediencia y respuesta sincera al Señor.

¡Así te ayude Dios!

Oración

Dios eterno, bendito sea Tu Nombre.  Tú que conoces todo, examina mi corazón en el día de hoy.  Llévate la duda y toda incertidumbre y lléname de Tu eterna paz. Heme aquí, Señor, sabes que te quiero servir con todo el corazón.  Recíbeme hoy y glorifícate en mí.  Amén.