¡Anhelamos libertad!
4 de noviembre de 2016
Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. Gálatas 1.3-4 RVR
La libertad es vida y el mayor de los bienes. La gente sueña con libertad. Pero, cuántos de nosotros en ocasiones nos hemos sentido prisioneros. La buena noticia es que ¡podemos ser libres! Gálatas es la carta constitucional de la libertad cristiana.
Pablo, proclama que en Cristo somos libres. Su voluntad es rescatarnos de un mundo lleno de maldad. Sin embargo, no hemos sido sacados de este mundo, sino que podemos optar por no vivir esclavizados a las tendencias perjudiciales y conductas corruptas que operan en este siglo.
Jesús es la verdad que nos liberta. Él es la norma perfecta de lo bueno, que nos muestra claramente el camino correcto. La libertad en Cristo involucra responsabilidad y sensibilidad para discernir lo correcto y la diligencia para actuar.
¿Usa usted su libertad para sí mismo o en favor de otros? Tenemos libertad para servir al Dios vivo. Somos libres para amar y servirnos mutuamente. Para amar correctamente debemos experimentar el amor de Dios que perdona y liberta. El amor al prójimo y a Dios es la respuesta de los que hemos sido perdonados. Debemos examinar nuestro amor por los demás, que actúa como reflejo de nuestra fe en Cristo. Comparto las siguientes afirmaciones que nacen de un corazón que anhela libertad y te invito a que medites en ellas:
¡Anhelamos libertad! Esa que nos hace capaces de destruir todo racismo, barreras sociales y discriminación. En Cristo somos uno.
¡Anhelamos libertad! Esa que nos invita a amar y valorar la vida como un hermoso regalo.
¡Anhelamos libertad! Esa que respeta la vida de los demás.
¡Anhelamos libertad! En medio de la crisis de salud mental, social y espiritual que enfrenta nuestro país.
¡Anhelamos libertad! Esa que nos renueva y orienta hacia nuestro Libertador y Salvador.
Oración
Señor, bueno y justo. Te pedimos que Tu Espíritu Santo nos asista aún cuando escuchemos malas noticias. Ayúdanos a disfrutar la libertad. Como seres humanos, frágiles e imperfectos, entregamos nuestras tendencias pecaminosas clavándolas en la cruz de Cristo. Rendimos cada parte de nuestras vidas a Ti. En Jesús, autor de nuestra libertad. Amén.
Autor: Gina Marrero