Altar Familiar: Semana 29 de noviembre de 2020
Altar Familiar- 24 de noviembre de 2020
Carmen S. Candelario
Pastora Jubilada
ICDC en Puerto Rico
No temas, porque Yo estoy contigo…
Adorando juntos al Señor: Salmos 34.4; 6-7
Busqué a Jehová y El me oyó, y me libró de todos mis temores… Este pobre clamó y le oyó Jehová y le libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende.
Cantando con seguridad y confianza “Bendeciré a Jehová en todo tiempo”
Bendeciré a Jehová en todo tiempo, Su alabanza en mi boca estará
En Jehová se gloriará mi alma, Lo oirán los mansos y se alegrarán
Engrandeced a Jehová conmigo, Exaltemos a una su nombre
Busqué a Jehová y El me oyó y de todos mis temores me libró
Orando en gratitud por los cuidados de Dios
Dios, que nos has sido refugio de generación en generación, con gratitud elevamos esta oración a Ti sabiendo que nos has guardado, has provisto para nuestras necesidades, nos has acompañado en medio de tiempos difíciles y borrascosos y también nos has dado alegría a pesar de los momentos que nos ha tocado vivir. Agradecemos tus cuidados en el nombre de tu hijo Jesús. Amén.
Leyendo la Palabra: Isaías 41.8-10 (NVI)
8 «Pero tú, Israel, mi siervo, tú, Jacob, a quien he escogido, simiente de Abraham, mi amigo:
9 Te tomé de los confines de la tierra, te llamé de los rincones más remotos,
y te dije: “Tú eres mi siervo”. Yo te escogí; no te rechacé.
10 Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
Reflexionando en la Palabra
Isaías 41.8-10 (NVI)
8 «Pero tú, Israel, mi siervo, tú, Jacob, a quien he escogido, simiente de Abraham, mi amigo: 9 Te tomé de los confines de la tierra, te llamé de los rincones más remotos, y te dije: “Tú eres mi siervo”. Yo te escogí; no te rechacé.
10 Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
Dios sabe que podemos enfrentar problemas financieros. Quizás la enfermedad esta robándote la paz, la tristeza inunda tu corazón. Dios sabe que pasas por momentos de tribulación y persecución, en ocasiones sientes soledad. Dios sabe todo esto y también sabe que tenemos temor ante la pandemia de COVID-19 que arropa al mundo. Isaías 41.10 es un versículo clave para que descubras que Dios te habla ayer, hoy y siempre, aun ante la realidad de un 2020 que nos aterra: “No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. El versículo inicia diciendo que no tengas miedo. Tienes la facultad de vencer los miedos y temores si tu confianza está puesta en Dios (Isaías 41.10).
El preocuparte por el futuro, por el mañana, por la familia, por el matrimonio, por el trabajo, por el alimento diario, por todo el sistema de este mundo que agobia, que atrapa y emite voces de temor, fracaso, enfermedad, intranquilidad, esto te conduce a un abismo de temor. Ten tranquilidad y paz. “No temas dice el señor porque yo estoy contigo”. Este versículo revela que Dios está dispuesto, atento, y está presente hoy, mañana y siempre, aunque no lo veas.
Entrega tus cargas, tus problemas, tu enfermedad, Dios anda buscando corazones arrepentidos, contritos y humillados. Para que Él pueda trabajar en tu vida debes verlo como la única fuente de agua que sacia tu sed.
En Isaías 41.10; Dios hace una promesa de vida: “Siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”, en otra versión de la biblia dice: “Te fortaleceré y te ayudaré, te sostendré con mi diestra victoriosa”. Es un privilegio hermoso saber que Dios siempre está para ayudar a todo aquel que en Él deposita toda su confianza.
Confía en ese Dios que te ama, en ese Dios que se preocupa por ti y aunque muchas veces creas que se ha olvidado de ti, la verdad es que en ningún momento lo ha hecho, al contrario, a pesar que no lo has notado Él ha estado allí cuidándote, protegiéndote, alimentándote, y aunque tu poca fe no ha sido capaz de percibirlo tienes que estar seguro que Él ha estado allí a tu lado. En Isaías 41.10, Dios te recuerda que Él es quien te da la seguridad. “Dios siempre está contigo”.
Esta es su promesa: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tú Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi Justicia”.
Confiar realmente en Dios es descansar en Él, es dejarse de preocupar al extremo, es dejar de pensar cómo solucionar esto o aquello y dejarlo en las manos de Dios. Es sonreír a pesar de todo, es buscarlo a pesar que veas todo mal, es no dejar de creer en lo que Él es capaz de hacer, es ver el futuro con esperanza, sabiendo que al estar en sus manos estaremos seguros. Siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia (Isaías 41:10). Esta es su promesa que se da cumplimiento cuando tomas la decisión de creer. Yo soy tú Dios que te esfuerzo.
Descansar en Dios es creer en lo que no veo, es esperar a que las cosas se den y terminen bien a pesar que van muy mal, es saber que las cosas no están acabadas y que todavía hay una oportunidad.
Confiar en Dios es decirle a mi mente que no creo en lo que me predica, sino en lo que Dios ha dicho en su Palabra, es ver con mis ojos espirituales más allá de lo que mis ojos carnales ven, es ver las cosas que no son, como que si fueran, es ir en contra de la corriente, es continuar creyendo, confiando en lo que Dios va a hacer a pesar que todo lo que está a mi alrededor me dice lo contrario. Su Palabra confirma que Dios es quien te sostiene en todo tiempo. Siempre te ayudará.
Saber en quien hemos creído nos debe dar seguridad y confianza de que todo estará bien. Es ver más allá de lo que nuestros ojos humanos ven, es confiar más allá de lo que nuestra mente quiere hacernos pensar, es escuchar la voz divina que nos susurra al oído que todo estará bien y que no hay nada de qué preocuparse.
“Ante las promesas de Dios nos queda, creerle a él”. La palabra de Dios está viva hoy, mañana y siempre. En el libro del profeta Isaías Dios habla en este tiempo a los hombres y mujeres que están dispuestos a avivar la fe y esperanza, entregarse confiando en el Dios que levanta, en ese que sana toda enfermedad, en ese que sustenta, que asegura un futuro lleno de vida y salvación hasta la eternidad. La firmeza esta en el Dios vivo, que promete cuidarte y levantarte. Así que es mi deseo, que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Orando por los necesitados y las necesitadas
Por las personas enlutadas
Por las personas necesitadas de abrigo y pan
Por las y los temerosos
Por quienes desfallecen en la fe
Por los enfermos del cuerpo y del alma
Por ti y por mí
Cantando con seguridad y confianza “Tu fidelidad es grande”
Tu fidelidad es grande, Tu fidelidad incomparable es
Nadie es como Tu, Bendito Dios
Grande es Tu fidelidad