Altar Familiar: Semana 27 de julio

Pastor Luis Fernando Campos
Pastor ICDC Villa Marisol
Región 3

Dios te escucha

• Llamado a la Adoración


• Lectura Bíblica: Salmo 95.6-7


“Venid, adoremos y postrémonos;
Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios;
Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano”.

• Entonemos el cántico: “Ven, es tiempo de adorarle”

Ven, es tiempo de adorarle
Ven, es tiempo de dar tu corazón
Ven, tal como estás y adora
Ven, tal como estás ante tu Dios
¡Ven!
//Un día todos confesarán que Él es Dios, y todos se arrodillarán
el más grande tesoro les guardarás a los que te eligen hoy.//
///¡Ven!///

• Oración de gratitud por su presencia en medio nuestro
• Momentos de reflexión:

• Lectura Bíblica: Salmo 5.1-3
“Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”.

• Entonemos el cántico: “Escucha Señor mi oración”

Escucha Señor mi oración,
considera mis pensamientos.
Atiende a la voz de mi clamor
Mi rey y mi Dios
Porque a ti oraré oirás mi voz de mañana
//Oh Dios de mañana me presentaré y ante ti esperaré.//

• Meditemos:
La Sra. Anaya invitaba a los estudiantes de primer y cuarto grado a cantar todas las mañanas la alabanza que acabamos de entonar. Como resultado, desde primer grado aprendí que Dios nos escucha. Semanalmente asistía al templo, pero no fue hasta mis once años que tuve la oportunidad de experimentar eso que mi maestra nos enseñó. En una ocasión de mucha dificultad en mi preadolescencia, oré al Señor mientras recordaba ese cántico. Y luego de dos años, recibí la respuesta a mi oración. Sí, dos años después recibí la respuesta a mi oración. Aunque fue necesario esperar, hoy puedo decir que hablé con el Señor y él escuchó mi oración, consideró mis pensamientos, atendió a la voz de mi clamor y fue necesario que yo esperara en él.
El salmista nos recuerda que parte de nuestro proceso de oración es la espera. En días recientes hemos experimentado la espera en nuestros hogares, en filas, en diligencias y hasta por pedidos en el correo. En nuestra vida espiritual, también es necesario esperar. Una de las frases de Martín Lutero nos recuerda que “La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su soberana voluntad”. Cuando oramos, confiamos que Dios nos escucha y que el resultado de la oración estará en la voluntad de Dios. Mi oración fue una muy simple, “Señor devuélveme mi familia” y luego de dos años esa oración fue contestada. Como país, estamos enfrentando grandes desafíos, pero deseo recordarte que el Dios al que tu y yo le servimos estará con nosotros en cada etapa del proceso. Él conoce nuestra necesidad y considera nuestro pensamiento, pero es necesario recordar las palabras del libro de Isaías 55.8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. Quizás no recibimos aquello que esperamos o nos encontramos en espera de la respuesta de Dios, pero nunca debemos dudar que Dios escucha nuestra oración. Dios atendió el clamor del pueblo, así como atiende nuestro clamor, por tanto, no limitemos su poder a la obra que se conforma a nuestro pensamiento, sino que confiemos en que Dios tiene otros planes para nosotros, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darnos un futuro y una esperanza (Jeremías 29.11-12). Dios le recuerda a los exiliados a través del profeta que ellos le invocarán y el los escuchará. Nuevamente, su palabra nos recuerda que Dios te escucha.
Quiero culminar con la experiencia de Marcos 10.46-52, la historia de Bartimeo, un hombre privado de su vista pero con una convicción extraordinaria. Bartimeo escuchó que Jesús se acercaba, y clamó a gran voz diciendo, “¡Jesús, Hijo de David, ten Misericordia de mí!”. Es interesante cómo Jesús estando acompañado por una multitud escuchó el clamor de Bartimeo. Qué maravilloso es saber que entre tantas voces, Jesús escucha nuestro clamor. A diferencia del salmista y de mi experiencia, la respuesta a este clamor fue una inmediata, pero Bartimeo no solo recibió la vista, sino que recibió la salvación. Ello nos muestra que Dios responde a nuestro clamor conforme a nuestra necesidad. Bartimeo creía que su necesidad era la vista, pero Jesús le otorgó la salvación. Puede que la respuesta que recibamos no sea la esperada, pero muy probablemente, es la que necesitamos, pues Dios nos escucha y conoce nuestra necesidad, aun aquellas que no le mencionamos. Nunca olvides esperar en Dios, pues el escucha nuestra oración.

• Oración de Intercesión:
– Por el inicio del nuevo año escolar (padres, maestros, estudiantes y personal no docente).
– Por los servidores públicos y privados que laboran desde el inicio de la pandemia.
– Por las familias que se ven impactadas por el inicio de sus labores y/o estudios.
– Por los enfermos y encamados.
– Por las víctimas de maltrato físico y emocional durante la pandemia.
– Por los pacientes de COVID 19 y sus familiares.
– Por nuestros hermanos sin hogar en el sur de Puerto Rico.
– Por las familias que han cesanteado de sus empleos.
– Por la salud emocional de nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
– Por los líderes eclesiales de todas las congregaciones en Puerto Rico.
– Por las familias que enfrentan el duelo en los últimos meses.
– Por las decisiones que afectan el futuro de nuestro país.

• Lectura Bíblica: Filipenses 4.6-7
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

• Entonemos el cántico: “Paz, paz, cuan dulce paz”
En el fondo de mi alma hay una dulce quietud
Se difunde embargando mi ser
Es una calma infinita que sólo podrán
Los amados de Dios comprender.
//Paz, paz, cuán dulce paz.
Es aquella que el padre me da.
Yo le ruego que inunde por siempre mi ser
En sus ondas de amor celestial. //

• Oración Familiar

• Entonemos el cántico: “Demos gracias al Señor”
//Demos gracias al Señor, demos gracias
Demos gracias por su amor.//
Por las mañanas, las aves cantan
Las alabanzas a Cristo Salvador
Y tu amigo, por qué no cantas
Las alabanzas a Cristo Salvador