Altar Familiar: Semana 20 de diciembre de 2020

21 de diciembre de 2020
Por: Rvda. Iris Idalia Lluveras García
Pastora Jubilada

Jesús: El Amor Envuelto en Pañales

• Llamado a la adoración: Salmo 95.1-6

Vengan, cantemos al Señor con alegría;
cantemos a nuestros protector y Salvador.

Entremos a su presencia con gratitud,
y cantemos himnos en su honor.

Porque el Señor es Dios grande,
el gran Rey de todos los dioses.

Él tiene en su mano las regiones más
profundas de la tierra;
suyas son las más altas montañas.

El mar le pertenece, pues él lo formó
¡con sus propias manos formó la tierra seca!

Vengan, adoremos de rodillas;
arrodillémonos delante del Señor
pues él nos hizo.

• Himno: Tú dejaste tu trono

Tú dejaste tu trono y corona por mí
al venir a Belén a nacer
más a ti no fue dado
el entrar al mesón
y en pesebre te hicieron nacer.

Coro:
Ven a mi corazón
¡Oh Cristo, ven!
Pues en él hay lugar para ti;
Ven a mi corazón, ¡Oh Cristo ven,
pues en él hay lugar para ti.
Alabanzas celestes los ángeles dan,
en que rinden al verbo loor
mas humilde viniste a la tierra, Señor
a dar vida al más vil pecador.

Siempre pueden las zorras
sus cuevas tener
y las aves sus nidos tener
mas el Hijo del hombre
no tuvo un lugar
en el cual reclinara su sien.

Tú viniste, Señor
con tu gran bendición
para dar libertad y salud
más con odio y desprecio
te hicieron morir
aunque vieron tu amor y virtud.

Alabanzas sublimes
los cielos darán
cuando vengas glorioso de allí
y tu voz entre nubes dirá
ven a mí, que hay lugar
junto a mí para ti.

• Oración de Acción de Gracias

• Lectura bíblica: Lucas 2.1-14
Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Los ángeles y los pastores
Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.
Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
!!Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

• Cántico de Afirmación

“Al Mundo Paz. Nació Jesús”

Al mundo paz. Nació Jesús,
nació ya nuestro Rey.
El corazón ya tiene luz,
y paz su santa grey, y paz su santa grey,
y paz, y paz, su santa grey.

Al mundo Paz el Salvador,
en tierra reinará.
Ya es feliz el pecador,
Jesús perdón le da, Jesús perdón le da,
Jesús, Jesús, perdón le da.

Al mundo Él gobernará,
con gracia y con poder.
A las naciones mostrará,
su amor y su poder, su amor y su poder,
su amor, su amor y su poder.

• Momentos de Confesión

Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado”
(Salmo 32.1)

• Reflexión:
Navidad
Revelación de Amor
Promesa de Paz
Anuncio de Esperanza y Buena Voluntad

“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad con los hombres!” Lucas 2.14

La Navidad nos invita a celebrar el eterno y obstinado amor de Dios revelado en Cristo Jesús. En la certeza de ese amor encontramos un mensaje profundo y poderosos que nos invita a la paz y a la buena voluntad entre los seres humanos.

En este tiempo tan difícil que nos ha tocado vivir recordemos las palabras de Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 12.27). La paz otorgada por Jesús se constituye en la alternativa para vivir con certeza cuando la incertidumbre impera, vivir en amor cuando la violencia se impone, optar por la justicia cuando reina la inequidad, vivir con esperanza cuando las crisis azotan la vida y, caminar la senda del servicio, el compromiso y la dedicación cuando se tambalean los cimientos de la solidaridad y el compañerismo.

Amados y amadas, las situaciones difíciles están, los momentos en donde nuestra fe está siendo atacada están, las enfermedades nos tocan, la guerra nos trastoca, nuestras familias se estremecen por el impacto de las experiencias dolorosas. ¿Qué haremos?

La paz que Jesús otorga brinda libertad para tomar decisiones con responsabilidad, sabiduría, para realizar acercamientos adecuados, orden en los pensamientos, tolerancia, bondad, sensibilidad y un corazón abierto al amor y el perdón.

Esa paz nos permite trascender las situaciones, mantener la fidelidad al Señor y a sus preceptos. Nos permite amar y sobrepasar la maldad, nos permite guardar la fe y forjar la esperanza. Por tanto, ahí nos vemos, Jesús, en el camino. En ese camino que nos hermana, que nos impulsa a asistir a las personas que tienen el corazón roto y las alas de la esperanza tronchadas.

Un encuentro que hace posible anhelar la santidad (Hebreos 12.14), la consagración, la dependencia, la fidelidad a los preceptos bíblicos, entendiendo que hemos sido llamados y llamadas a novedad de vida, a no conformarnos a este siglo, sino transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para comprobar la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom.12.2)

Es momento para renovar nuestro compromiso con Cristo Jesús, Señor de la Iglesia. Es momento para renovar nuestro compromiso con nuestro pueblo y construir con nuestro amor y esfuerzo la bendita expresión de la paz. Unamos nuestras voces para exclamar ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad con los seres humanos!

• Oración de Intercesión: cada miembro de la red familiar tendrá la oportunidad de elevar una de estas oraciones de intercesión.

o Por las naciones ante el desafío que enfrentamos ante el Covid-19.
o Por las personas con diversas enfermedades y situaciones de crisis.
o Por todos los funcionarios que laboran en áreas de alto riesgo de contagio.
o Por fortaleza y paz en las personas que han perdido seres amados.
o Que las personas y naciones lleguen al conocimiento de Cristo Jesús: “Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor”. Salmo 33.12.

• Dinámica: Lectura el testimonio del dulcero

Cada miembro de la familia compartirá una expresión, una forma en la que puede compartir la buena nueva. Puede obsequiar un bastón a cada miembro de la familia.

Anunciando la Navidad
“El testimonio del Dulcero”

¿Cómo anunciar el nacimiento por medio de un dulce?
Hace muchos años este dulcero tuvo una gran idea, quería enseñarle al mundo que Cristo nació entre nosotros.
Vivió y murió para salvarnos a todos nosotros, así que, a través del color y la forma del
dulce podía relatarnos la historia de Jesús desde la navidad hasta la pascua de resurrección creó un dulce en forma de bastón.

Los colores: las líneas blancas del bastón significan que Jesús fue sin pecado y puro. Las tres líneas rojas finas representan el castigo que Jesús soportó antes de morir, la línea roja ancha representa la sangre de Jesús derramada en la cruz.

La forma: el dulce tiene la forma de un cayado que nos recuerda, que Jesús es el buen pastor. Si inviertes el bastón, se convierte en la primera letra del nombre de Jesús.

Podemos aprender mucho del dulcero quien demostró por medio de su arte, que podemos compartir la historia admirable de Jesús nuestro Salvador. Al mirar este bastón de dulce, recuerda compartir la historia de aquel que dio su vida por ti.

• Momentos de consagración:
Señor, ofrendamos tiempo, energías y capacidades para que en tus manos sean multiplicados.

• Oración de cierre

• Bendición sacerdotal – Números 6.24.6

“Que el Señor te bendiga y te proteja,
que el Señor te mire con agrado
y te muestre su bondad;
que el Señor te mire con amor
y te conceda la paz.”