Altar familiar – 20 de mayo

Rvdo. Eugenio Torre Balmaseda

Pastor ICDC Fajardo

Región 1

Este es el momento de conocer a Dios

Te invitamos a tener un momento en la presencia de Jesús. 

Llamamos a la adoración:  Salmo 95 – La Majestad de Dios

Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.

Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente.

Alzaron los ríos, oh Jehová, Los ríos alzaron su sonido; Alzaron los ríos sus ondas.

Jehová en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias ondas del mar.

Tus testimonios son muy firmes; La santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre.

Entonamos la alabanza: Ven es tiempo de adorarle 

//Ven, es tiempo de adorarle, Ven, es tiempo de dar tu corazón
Ven, tal como estas y adora, Ven, tal como estas ante tu Dios
¡Ven!

Un día todos confesaran que Él es Dios y todos se arrodillarán
el más grande tesoro les guardarás a los que te eligen hoy//

Oramos en confesión y dando gracias

Decimos: Dios bueno, gracias por tu misericordia, por no mirar a nuestros pecados y nuestras faltas, sino mirar la sangre de Jesus derramada por todos. Gracias por tu gran amor que nos sostiene en días difíciles y nos confirma la esperanza que hay en nuestros corazones. Que podamos perdonar como tu nos has perdonado y asi darte la gloria en todo, Amén. 

Cantamos con alegría: Tu Misericordia

Tu misericordia es más grande que los cielos
Tu misericordia es más grande que la tierra
Tu misericordia es más grande que el sol,
La luna y las estrellas,
Tu misericordia Señor.

Tu misericordia me ha cambiado a mí
Tu misericordia me enseña a vivir,
Tu misericordia me muestra el camino
Que Cristo trazó para mí.

Consideramos su palabra: Romanos 12.2-3 (RVR 1960)

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.

Oramos pidiendo sabiduría:

Amado Dios, no hay otro Dios como tú. Dependemos de ti para todo en todo momento. Te damos gracias por todo lo que provees para nuestra vida. En este momento te pedimos que nos des sabiduría para vernos como tu nos ves y amarnos como tu nos amas. Por Jesús tu Hijo oramos. Amén. 

Reflexión pastoral 

Job 38.1-4 (RVR1960) Jehová convence a Job de su ignorancia

Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:

¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría?

Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás.

¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia”.

En medio de la tragedia en la que se encuentra, Job debate con tres amigos largo y tendido, sin que lleguen a ningún acuerdo. Al final los amigos ya no le contestan mas, por cuanto él era justo a sus propios ojos.

A menudo tratamos de hablar con alguien procurando que se de cuenta debe mejorar algo en su conducta y la persona no quiere de ninguna manera reconocer su error y menos aún entender que lo quieres ayudar. A los seres humanos con frecuencia nos cuesta mucho reconocer nuestros propios errores. 

Hace muchos años en un centro de trabajo donde laboraba me vi en la necesidad de hablar con un empleado para pedirle que corrigiera su conducta en ciertos aspectos. Aspectos que habían sido incluso notados por otros supervisores. Me preparé pensando que iba a ser una sesión difícil con mucha discusión y alegaciones de todo tipo. Iba pensando que la persona se pondría a la defensiva y yo iba tratando de prepararme para cualquier argumento que me presentara. Sin embargo, su respuesta me sorprendió. Luego de hablarle le pregunté si tenia algo que decirme y simplemente me dijo: “Pues ya era tiempo que alguien me lo dijera, estoy de acuerdo en lo que me ha dicho y lo voy a mejorar”. Desde aquel día en adelante su conducta fue ejemplar.  

No tratemos de justificarnos delante de Dios. Al igual que Job nosotros tampoco podríamos contestar sus preguntas ni decirle donde estábamos cuando Él formaba la tierra. No pensemos pedirle a Dios que nos explique en detalle lo que Él está haciendo. Aun si nos lo dijera no lo entenderíamos. 

Pero lo que sí podemos hacer es acercarnos a Él prestando atención a Su Palabra, buscando de Dios mientras puede ser hallado y llamándole mientras está cercano. Podemos mirar a nuestro alrededor y dar gracias por todo lo que nos rodea. Cerremos nuestros ojos y reflexionemos en las experiencias de estos días y podremos llegar a decirle también nosotros: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven…”.

Oramos: 

Buen Dios, gracias por hablar a nuestros corazones y mostrarnos cuan grande es tu amor que nos corrige y nos inspira a ser mejores seres humanos cada día. 

Cantamos y adoramos:

Conozco que todo lo puedes
Que mi pensamiento
No lo puedo esconder
Hablaba lo que no entendía
Y de oídas te había oído

Mas ahora mis ojos te ven
Yo te preguntare y tú me enseñaras
Mas ahora tus ojos te ven
Me rindo a tus pies y me arrepiento señor

Motivos de oración 

Para seguir orando en familia: 

  • Oremos por los líderes del gobierno, de las empresas privadas y de las Iglesias para que tengan sabiduría divina al momento de tomar decisiones.
  • Oremos por que podamos ayudarnos unos a otros y ser solidarios unos con otros en medio de las situaciones que vivimos.
  • Oremos por sanidad para los que están enfermos y fortaleza para los que enfrentan pérdidas de familiares.