Alianza

17 de agosto de 2017

1 Crónicas 14.1-16.6

 

«… y les dijo: “Vosotros, que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y llevad el Arca de Jehová, Dios de Israel, al lugar que le he preparado; pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová, nuestro Dios, nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza».  1Cr 15.12-13 RV95

 

David es proclamado como rey sobre todo Israel y organiza su reino para consolidarlo.  Para ello, decide buscar el arca del pacto, la cual es símbolo de la presencia de Dios con el pueblo.  Este cofre sagrado contenía las tablas de la Ley, un envase con Maná y la vara de Aarón.  Todo ello, recordaba el acompañamiento y obrar de Dios en favor del pueblo en el peregrinaje por el desierto.  El arca, hecha de madera de acacia y revestida de oro, tenía a cada lado unas anillas para introducir unas varas para transportarla.  Para David, era lógico que el arca estuviera donde su reino estaba centrado, pero fracasó en su primer intento por apresurarse a hacerlo a su manera (1Cr 13.5-10).  El arca debía ser llevada en hombros por los sacerdotes coatitas, sacerdotes, quienes previamente debían santificarse para ello.  Ahora, en su segundo intento, David lo hará según lo establecido por el Señor (1Cr 15.15-14).  Sería un evento donde participaría toda la comunidad celebrando con música y cánticos la presencia y pacto con Dios.

Podemos ver en esta experiencia que: (1) Cuando el Señor pone en el corazón hacer algo para Su obra debemos cuidar de no apresurarnos sin meditar y planificar, cuando así hacemos podemos errar; (2) La iglesia cristiana no necesita un arca como símbolo de alianza con Dios pues tenemos a Jesucristo, Salvador y portador suficiente del pacto eterno.  Solo con Cristo estamos completos (Col 2.9-10).

Él sigue llamando todavía, hoy menciona nuestro nombre… ¿qué responderemos?

Oración

Gracias Dios por Tu presencia y Tu gran amor.  Gracias por Jesucristo, portador de un nuevo pacto accesible a todos.  Hoy, renovamos nuestra alianza contigo. Llénanos de Tu Espíritu para vivir en santidad, en gozo, amor y servicio.  En el nombre de Cristo.  Amén.