Altar familiar – 18 de mayo
Rvda. Sonia N. Rosado Febus
Pastora ICDC Anones
Región 6
Él te devolverá la esperanza
Llamado a la adoración:
Es hora de alabar tu santo nombre. Venimos ante Ti, Oh Señor, en acción de gracias, con cánticos que exalten tu nombre. Sólo Tú eres Dios. Nos unimos como familia en acción de gracias entendiendo que tus cuidados siempre están presentes que tu misericordia es grande y hoy anhelamos adorarte con nuestra vida en gratitud, por tanto, amor.
Cantemos al Señor: “Hacedor de caminos”
Tendremos un Cántico Especial que lo puedes conseguir en YouTube.
Way Maker- Hacedor de Caminos
Way Maker / Hacedor de Caminos
//Aquí estás, te vemos mover
Te adoraré, Te adoraré
Aquí estás, obrando en mí
Te adoraré, Te Adoraré//
//Aquí estás, sanando mi corazón
Te adoraré, te adoraré
Aquí estás, tocando mi corazón.
Te adoraré, te adoraré,
Te adoraré, te adoraré//
(Coro)
//Milagroso, abres camino
Cumples promesas
Luz en tinieblas, mi Dios, así eres Tú//
////Así eres Tú (así eres Tú) ////
//Aunque no pueda ver, estás obrando//
//Siempre estás, siempre estás obrando//
////Así eres Tú, Así eres Tú////
Oración de Gratitud
Amado Dios, como familia estamos ante tu presencia, Señor, en actitud de adoración, reconociendo tu amor sobre nuestras vidas. Te presentamos este altar familiar, pidiéndote con nuestro corazón que recibas nuestra vida en adoración. Amado Dios, dirige nuestras vidas. Gracias porque siempre nos cuidas, proteges y guías. Siempre tus cuidados son buenos, Señor. Anhelamos hacer Tu voluntad. Muéstranos el camino que debemos andar, dirígenos. En el nombre de Jesús. Amen.
Lectura BíblicaÑ Mateo 20.29-34; Lucas 18.35-43
“Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó Él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino”.
Meditemos: Él Te Devolverá la Esperanza
Cuando miramos las sagradas escrituras, podemos observar en los evangelios muchos milagros poderosos que Jesús realizó. Según el Diccionario Bíblico, “Bartimeo, hijo de Timeo, personaje del Nuevo Testamento, es protagonista del último milagro de curación de Jesús narrado en Marcos 10, 46-52. Jesús pasaba por la antigua Jericó a 30 km de Jerusalén, una de las más antiguas ciudades de Palestina. Un méndigo ciego, Bartimeo, oye ruido. Está al borde del camino, fuera del seguimiento de Jesucristo, y se entera de que Jesús está pasando cerca de él.”
Bartimeo no tenía vista, pero de lo que tenía decidió ponerlo en función y comenzó a gritar: ¡Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!, en varias ocasiones llamó a Jesús, de tal manera que los que pasaban le decían que se callara, en otras palabras, que no lo molestara. Pero, hay algo maravilloso y es que uno de los atributos de Dios es que nuestro Señor es amplio en misericordia. También en los momentos en que alguien necesita de Jesús, cuando le llama, Él acude a su rescate. Podemos sentir que el Amor de Dios se manifiesta en nuestra vida de forma especial.
Jesús, escuchó la voz de Bartimeo, implorando misericordia. No solo le escuchó, también, se detuvo. No solo se detuvo, sino que Jesús, lo mandó a buscar. Aquellos mismos que le decían que se callara, ahora eran quienes se acercaron y le dijeron: “Levántate, Jesús te llama.” Bartimeo, se levantó y soltó su capa, símbolo de dejar atrás el pasado. Caminó hacia una nueva esperanza de vida. Caminó hacia Jesús, se acercó y Jesús le pregunto: “¿qué quieres que te haga? Tener la oportunidad de estar frente al único que podía hacer un milagro en su vida. Bartimeo le contestó: Señor, que recobre la vista. Cuando la palabra recobrar aparece en el texto bíblico, tenemos que afirmar que Bartimeo antes veía y anhelaba volver a ver. Jesús no solo le devolvió lo que había perdido, sino que le dio un nuevo sentido, una nueva esperanza, lo amó y cambió sus circunstancias.
Ese mismo Jesús hoy puede cambiar tu situación, devolverte la esperanza. Ten la seguridad que cuando estés pasando por un momento difícil y has perdido tus fuerzas; cuando llames a Jesús, ten fe. Él te escuchará y te ayudará, multiplicará tus fuerzas, te dará una nueva vida, esperanza y sentirás el gozo de saber que para Él no hay nada imposible. Te perdonará, amará y sentirás la paz que sólo Él puede dar. Pide con fe, llámale hoy. Puede ser un glorioso día. Dios te bendiga.
Momentos de diálogo familiar
Compartamos nuestro sentir sobre lo que la Palabra de Dios nos queire decir en este día. Respondamos a la meditación que se ha leído.
Oración final:
Señor, hoy nos postramos ante tu presencia. Reconocemos que necesitamos de ti como individuos, pero también como familia. Anhelamos en este tiempo de recogimiento espiritual, sentir que nuestra vida como familia renace. Así como hiciste con Bartimeo, devuélvenos como familia la gran oportunidad de seguir adelante unidos en amor, respeto y sirviéndote con una fe inquebrantable. Que cuando nos sintamos desanimados la llama de tu Espíritu nos fortalezca y nos ayude a seguir haciendo tu voluntad. Intercedemos por todas las familias del mundo entero. Necesitamos tu ayuda para permanecer firmes en la fe. En el nombre de Jesús oramos en acción de gracias. Amén.