Altar familiar – 20 de abril
Rvda. Daisy Rivera Rivera
Pastora ICDC Corozal
Región 6
Gracias, Dios, por estar
Leemos la palabra de Dios en Hechos 2.27-28
27 Porque no dejarás mi alma en el Hades,
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
28 Me hiciste conocer los caminos de la vida;
Me llenarás de gozo con tu presencia. (RVR 1960)
Entonemos el cántico: En esta reunión Cristo está
En esta reunión Cristo está.
Pues Él prometió a su grey,
donde dos o tres reunidos estén,
yo estaré, yo estaré, yo estaré.
//Yo lo siento en mí//
Su presencia me hace cantar.
//Yo lo siento en mí//
Su Espíritu me hace temblar.
LECTURA BIBLICA: Salmo 16.11
Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre. (RVR1960)
DIÁLOGO: ¿COMO HAN SENTIDO LA PRESENCIA DE DIOS ANTE ESTA PANDEMIA?
Compartan sus historias. Expresen si han sentido ausencia o presencia de Dios.
MEDITEMOS:
El diálogo constante con Dios nos confirma su presencia. El mismo Jesucristo dialoga con Él desde aquella Cruz. Jesucristo sabía que Dios estaba con Él. Solo los que están seguros de esa presencia pueden continuar con el plan divino.
La pandemia puede ser aquella cruz que amenaza contra la vida, pero que nos une más a Dios. Entonces aprendemos a valorar nuestra vida, nuestra familia y la manera de conectarnos con los demás. Nos damos cuenta de que no puede haber muros físicos ni sociales que se distancien del amor de Dios.
La vida de la iglesia se trastoca también por esta pandemia. Seguimos afirmando que ser discípulo es un estilo de vida. Lo que hacíamos en el templo ahora lo hacemos desde las casas. Las familias se dan cuenta cuán real es la presencia de Dios en sus hogares. Lo están viviendo porque el mismo Dios se hizo cargo de detenerlo todo para que haya tiempo para buscar su presencia y tener una relación íntima con Él.
Dios siempre nos sorprende en su manera de trabajar con la humanidad. El salmista le decía: “Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta”. En estos momentos Dios nos está enseñando a vivir como a Él le gusta. Dios quiere que nuestras familias sean felices y quiere verlas orando y buscando su presencia diariamente. Pienso que al ser el tiempo uno de los obstáculos para atenderlo, lo ha extendido sorprendentemente. Por el otro lado, el salmista también le decía: “¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!”. ¡Qué bendición sería si cada familia pudiera decirle lo mismo a Dios!
Los altares familiares son producto de la iglesia primitiva. En mi infancia, siendo católica, me unía al altar familiar de unos vecinos que me daban pon para la escuela. Jamás los olvidé, pues se quedaron grabados en mi corazón. En estos tiempos que hemos retomado los altares familiares, el desafío es a continuarlos, sabiendo que serán de bendición a la familia y a la iglesia.
OREMOS:
Dios de amor y de misericordia, vamos ante tu presencia sabiendo que Tú escuchas nuestra oración. Agradecemos todas tus bendiciones. Recibe nuestra acción de súplica a nombre de nuestra familia y de la familia extendida. Danos experiencias nuevas en la fe para poder vivir en armonía y procurar siempre el bienestar de todos.
En estos momentos de aislamiento social, abre nuestros ojos espirituales para que podamos ver tus propósitos, que sabemos se cumplirán en nuestras vidas. Oramos por las familias que están frágiles y que necesitan tu fortaleza. Sabes que en nuestras oraciones están todas las personas que continúan trabajando para suplir nuestras necesidades. Pedimos cobertura de tu Espíritu Santo para todos.
Gracias por tu presencia y el gozo que pones en nuestras vidas. Oramos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Entonemos juntos en familia un cántico de alabanza que afirma Su presencia: Dios está aquí
Dios está aquí,
tan cierto como el aire que respiro.
Tan cierto como la mañana se levanta.
Tan cierto que cuando le hablo Él me puede oír.