¡Sobre la Roca!
6 de septiembre de 2017
«Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: «Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre». Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo». Esdras 3.11 (NVI)
La reconstrucción es más que un mero proceso de volver a construir. Antes de cualquier esfuerzo físico implica una reflexión intencional que nos ayude a discernir y precisar sobre la verdadera razón de la destrucción.
Igualmente es necesario reconocer que la reconstrucción, en cuanto a la dimensión de nuestra relación con Dios y el otro, es un acto providencial que se gesta en el corazón de Dios con alcances de bienestar a nuestra vida.
Dios se manifestó hacia su pueblo a través del decreto de Ciro con ánimo de reconstrucción y en esperanza de su respuesta. Veamos algunos elementos que se perfilan como parte de la responsabilidad que asumen los que responden a la invitación de Dios:
- «…se reunió el pueblo en Jerusalén con un mismo propósito» (v. 1).
- «empezaron a construir el altar del Dios de Israel para ofrecer holocaustos…» (v. 2).
- «Cuando los constructores echaron los cimientos del templo del Señor, llegaron los sacerdotes con sus vestimentas sagradas y sus trompetas, junto con los levitas…» (v. 10).
- «Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre» (v. 11).
Sin interés de agotar el texto más bien de proponer algunas referencias que cada cual puede enriquecer, las citas anteriores nos muestran que la reconstrucción nos llama a la unidad de propósito, a establecer prioridades, a invertirnos en esfuerzo y alabanzas, a proclamar con alegría el amor de Dios de tal manera que como termina el texto, aun los que estén a la distancia puedan escuchar la melodía del testimonio de Su amor.
Oración
Señor, queremos ser en nuestra respuesta a la reconstrucción, semejante a aquel hombre que «al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca». En el nombre de Aquel que es Camino, Verdad y Vida. Jesucristo el Señor. Amén.