¡A levantarse y seguir adelante!
9 de julio de 2017
«Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró». 2 Samuel 12.20a (RV1960)
David fue un gran siervo de Dios, pero era un ser humano. Como tal, cometió muchísimos errores por los cuales pagó consecuencias terribles para su vida. Un ejemplo de ello es su relación con la mujer de uno de sus soldados, Betsabé, la cual le llevó al pecado y a cometer terribles injusticias.
Dios amonestó a David por su conducta. Su pecado fue perdonado, pero las consecuencias de su falta incluyeron la muerte del niño nacido en aquella relación. Sin embargo, Dios no desechó a David, sino que le permitió, una vez perdonado, levantarse y seguir adelante.
David conocía acerca de la misericordia de Dios y rogó por la vida de su hijo, pero el niño murió. Una vez muere, el rey se levantó y terminó su endecha, preparándose para seguir adelante, pues, aunque era imperfecto, su llamado estaba vigente y Dios tenía propósitos con su vida.
Como seres humanos cada día fallamos. Le faltamos a Dios, a los nuestros y a nosotros mismos. ¡Qué bueno que contamos con un Dios de misericordia que conoce nuestro corazón y perdona nuestros pecados! ¡Qué bueno que, a pesar de que somos infieles, Él nos ayuda a levantarnos y seguir adelante dándonos cada día una nueva oportunidad!
Si has cometido un grave error, o algún pecado, NO TE QUITES. Ve ante la presencia de Dios en actitud de rendición y recibe Su perdón en el día de hoy. Él tiene un plan con tu vida y, puedes tener la seguridad de que te dará las fuerzas necesarias para sobrepasar los obstáculos, levantarte y seguir adelante.
Que así te ayude el Dios de toda misericordia.
Oración
Dios de toda misericordia, te presento mi vida. ¡Te he fallado tanto! Por eso vengo ante Tu presencia rogando el perdón de mis pecados. Sé, que en Tus propósitos eternos hay nuevas oportunidades para mi alma. Confío en que me renueves, me levantes y, me sostengas para poder seguir adelante. En el nombre de Jesús. Amén.