¿Te acuerdas de mí?
junio 2017
Semana 40
«Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia…» Apocalipsis 2.2 (RVR60)
Una de las cosas más difíciles para mí es cuando me encuentro con alguien en algún sitio y la persona me saluda y me pregunta: ¿Te acuerdas de mí? La realidad es que en ocasiones si me acuerdo, pero en otras ocasiones necesito que me refresquen la memoria y si es una de esas en que no me acuerdo de la persona, pues más todavía. Reconozco que a veces he tenido una conversación completa con una persona sin recordar quién es o de dónde es que debo conocerla. Es normal que esto nos pueda ocurrir. Pero no debería ocurrirnos jamás con nuestra familia cercana. Debemos esforzarnos por conocer a nuestra pareja, sus gustos, sus sueños, sus anhelos, sus preocupaciones. Igualmente, debemos buscar conocer cada día mejor a nuestros hijos e hijas. A nuestras sobrinas y sobrinos. A nuestros nietos y nietas. De cada una de estas personas debemos tener una impresión tan marcada en nuestro corazón y en nuestra memoria, que podamos en el momento en que la persona cometa un error o caiga en una crisis recordarle como él o ella en realidad es. Recordarle que aun si está enfrentando un fracaso él o ella no es un fracasado; que aun si ha tenido una pérdida, no todo está perdido; que, si quizás no puede entender algo que sucede, sí puede confiar en Aquel que sabe porque suceden las cosas. La mejor forma de comenzar el proceso de amar a los que nos rodean, como Cristo les ama, es buscar cada día conocerles mejor y entender que son criaturas de Dios, en medio de un proceso de encuentro con Dios, quien está activamente trabajando con ellos y ellas. Y Dios sí que nos conoce muy bien a cada uno de nosotros.
CÁNTICO:
Conozco que todo lo puedes
//Conozco que todo lo puedes, que en mi pensamiento nada puedo esconder.
Hablaba lo que no entendía, y de oídas Te había oído//,
Mas ahora mis ojos Te ven, yo Te preguntaré y Tú me enseñarás,
Mas ahora mis ojos Te ven, me rindo a Tus pies y me arrepiento, Señor.
Oración
Amado Dios, permítenos aprender a conocer a las demás personas, para poder amarlas, entenderlas y apoyarlas en momentos difíciles. Venimos donde Ti, reconociendo que Tú eres quien de verdad nos conoce a la perfección y nada queda oculto ante Ti. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.
Oportunidad de la semana
Una buena oportunidad para esta semana es ponernos en los zapatos del otro o la otra. En algún momento hicimos en casa una simulación, como un juego, en el que cada uno de nosotros tomaba por unos minutos el papel de ser el otro y tratar de reaccionar como, reaccionaría el otro o la otra y decir lo que diría el otro o la otra. Eso sí, hagámoslo con cuidado, no con ánimo de herir al otro o la otra, ni de ridiculizarle.