Cordones de obediencia

5 de mayo de 2017

Números 15

«Recordarán que deben hacer todo lo que les digo, y vivirán sólo para obedecerme. Yo soy su Dios, que los saqué de Egipto para que fueran mi pueblo. Sólo a mí me deben obedecer». Números 15.40-41 (TLA)

 

Con una referencia gráfica, visible y llevada en lo ordinario de sus vestimentas, Jehová Dios procura la vida obediente de Su pueblo.  Y es que es en lo común y lo cotidiano, cuando solemos naufragar en nuestros «propios deseos» y en aquellos pensamientos, que como Él mismo advierte, nos llevan a alejarnos de Su presencia.

Nuestro hablar y proceder no puede ser el impulso destemplado al que otros sugieren, invitan y proponen.  Es fácil ser arrastrados por la corriente y manipulados por intereses concertados que son artífices de la destrucción.  Pero Dios nos llama a resistir y a construir en obediencia.  En un segundo podemos articular en palabras y conducta lo que en deseo y pensamiento no es más que un alboroto de ideas.  ¿Cuántas veces no has querido recoger el agua vertida?

A través de Su Palabra, Dios nos invita a hacer uso de «cordones» que sean parte de nuestra vida.  «Cordones» o «franjas» de amor, justicia y paz que nos sirvan y sirvan a otros para recordar y poner por obra los preceptos de Dios en armonía y sana convivencia.  Martín Lutero decía: «no puedo evitar que las aves vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido en ella».  No tenemos potestad sobre aquello que quiera influir nuestra conducta, pero sí es nuestra responsabilidad la manera y la forma en como asumimos nuestro comportamiento.

«Yo soy su Dios, que los saqué de Egipto para que fueran mi pueblo.  Sólo a mí me deben obedecer».  «¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?».

 

Oración

Señor, queremos cavar profundo y edificar vidas sobre la roca.  Para cuando llegue el día de la inundación y el río nos golpee impetuoso, podamos permanecer inamovibles y con un cántico alegre a la roca de nuestra salvación.  ¡Porque Tú eres nuestro Señor!  En el nombre de Aquel que es Camino, Verdad y Vida; Jesucristo el Señor.  Amén.