Ofrenda agradable: conciencia de Dios

7 de abril de 2017

Éxodo 29.1 – 30.16

«Todo eso lo quemarás sobre el altar, y será para mí una ofrenda de olor agradable, una ofrenda quemada a mi honor para el perdón de pecados. Así ellos se darán cuenta que yo soy el Dios de Israel, que los sacó de Egipto». Éxodo 29.18, 46 (TLA)

 

Dios ofrece ahora ordenanzas a Moisés sobre la consagración.  Haciendo que lo construido en acuerdo a Su voluntad adquiera vida en significado y propósito.  La participación en el rito o en la experiencia cúltica y de servicio habla de la respuesta humana ante la demanda divina, encausada en disposición y voluntad.  «Todo esto lo quemarás sobre el altar».  Nuestra consagración es peregrinación de entrega hacia el encuentro con el Eterno, con signos de obediencia y misericordia, «y será para mí una ofrenda de olor agradable».  Pues, «ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros».

Igual es en nuestro tiempo y liturgia.  Cada acto y ceremonia en su conjunto deben ser espacios de culto consciente a nuestro trino Dios.  Debemos asumir forma de siervos rendidos cual ofrenda ante la presencia del altar de nuestro Señor.  Hacerlo en comunidad y devoción.  Nuestras oraciones son diálogos con el Excelso, nuestra ofrenda el desprendimiento de Su provisión y la fe que el mañana está en Sus manos.  La alabanza el regocijo del corazón, Su Palabra hálito de vida, y la mesa, comunión de hermanos en memoria y anhelo de Cristo.

Todo es parte de Su plan para nuestra vida.  «Así ellos se darán cuenta que yo soy el Dios de Israel, que los sacó de Egipto».  Es Su esfuerzo y sacrificio de amor que alcanza su mayor revelación en el acto de obediencia y misericordia de Cristo para profundizar en nuestras conciencias quien es «el Dios de Israel», el Dios de nuestras vidas.  El Dios de «todo aquel que en Él cree».  Nuestro libertador y camino a la vida eterna.  ¡Aleluya!

Oración

Señor, que más allá de aquellos espacios que tradicionalmente reconocemos como sagrado, entendamos que todo lugar y todo momento es oportuno para constituirnos en ofrenda de olor grato a Tu presencia.  Que siempre actuemos en comunidad y con devoción a la gloria de Tu nombre y el bienestar de todos.  En el nombre de Aquel que es Camino, Verdad y Vida; Jesucristo el Señor.  Amén.