Mi amor, ¿Cómo me veo?
Semana 23
He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas
Reflexión
Perdí la cuenta de cuantas veces mi esposa me ha preguntado: “¿Cómo me veo?”. Puede parecer una pregunta innecesaria y hasta peligrosa, si uno la contesta sin pensarlo e igualmente si la contesta pensándolo demasiado. Pero es una pregunta interesante, una pregunta que espera una respuesta, y más que una respuesta, espera una afirmación. No se vale la excusa milenaria de decir: “ella sabe que se ve bien, y no necesita que yo se lo diga”. La verdad que en la pareja y en la familia en general cada uno y cada una necesita ser afirmado, valorado, apreciado. Y no basta con asumir que lo somos. Necesitamos escuchar la expresión de afirmación positiva, cargada de cariño y de encanto y emoción. No es el momento de decirle a nuestra pareja lo gordo que se ve o lo mal que le queda tal o cual pieza de ropa. Primero demos la afirmación llena de amor, luego podemos sugerir que se vería mejor con tal o cual cambio. En el Cantar de los Cantares aprendemos que debemos expresar el amor y el cariño y no solamente pensarlo. En este libro tanto el amado como la amada no tienen reparos en expresar lo hermoso o hermosa que es el amado o la amada a los ojos de su pareja.
Con el tiempo, aprendí a contestarle a mi esposa cada vez que me hacía la pregunta, sin mirarla. Mi corazón siempre la verá con amor, siempre buscará mirarla primero a través de los ojos de Dios, quien nos ama como nadie. Tanto nos amó Dios, que se entregó a Sí mismo por amor. Así debemos amar. Mi amor, no es como te ves, es quién tú eres. Y como dice el Cantar de los Cantares: “tú eres hermosa, amiga mía, tú eres bella”.
Claro, no todas las metáforas del Cantar de los Cantares son fáciles de trasladar a nuestros tiempos… en algún momento de mi remota historia intenté leerle literalmente del Cantar de los Cantares a mi amada… hasta que llegué al verso en 1.9: “A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amiga mía…”. Y después de eso me busqué tremendo lio porque mi amada pensó que le estaba diciendo “yegua”. Así que expresemos nuestro amor y nuestro cariño con cuidado, midamos las palabras, escojamos las mejores, pero no dejemos de expresarnos. Tanto quien recibirá nuestras palabras, como quienes las digamos, necesitamos esas palabras.
CANTICO: Tu Nombre es como ungüento
//Tu Nombre es como ungüento derramado, ungüento derramado sobre mí//
Jesús, Jesús. Tu Nombre es como ungüento sobre mí.
Oración
Amado Dios, gracias por las personas que pones al lado nuestro. Enséñanos a verles como Tú les ves. A amarles como Tú les amas. A apoyarles como Tú nos apoyas. Que en todo esto aprendamos de Ti y estemos dispuestos/as a amar como Tú amas. En Tu nombre Jesús amado. Amén.
Oportunidad de la semana
Esta semana buscaré las ocasiones en que le pueda expresar a mi cónyuge cómo le veo. Le diré palabras de amor, con todo mi cariño y con toda la buena intención del mundo. Le colmaré de elogios, y por cada cosa que vea que me moleste, buscaré al menos cinco que me agraden.