“Él reina y Él está”

16 de febrero de 2017

Apocalipsis 11

 

“Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.” Apocalipsis 11.17b (RVR60)

 

La trompeta es un instrumento musical de viento, cuyo sonido es brillante. A través de la historia, este instrumento ha ido cambiando tanto en su construcción, como en su uso. En la antigüedad, la trompeta era usada para hacer señales, emitir llamados a la guerra, encabezar entradas triunfales, engalanar ceremonias religiosas y llamar la atención a un anuncio importante. 

Éste último uso es el que se le da en las visiones de Juan; llamar la atención del lector ante noticias de vital importancia. Estas noticias se dirigen a un pueblo perseguido y desesperanzado, que vivía bajo el dominio de Roma. El pueblo sufría constante amenaza de muerte, pero su fe y esperanza estaba puesta en un reino más poderoso: el Reino de los Cielos. A este grupo de creyentes se le anunció que su Rey y Señor había manifestado su poder y su gloria poniendo todo lo creado bajo su dominio. Bajo el dominio de su Cristo triunfante también quedaba sometida toda fuerza contraria que pudiera estar causándoles desesperanza. 

Ante tal anuncio, gratitud y alabanza, exaltación y gloria al Dios de la esperanza, era la respuesta adecuada tanto en el cielo, como en la tierra. El que era y el que es, ya estaba en medio de Su pueblo proveyendo paz, fortaleza, salvación, bendición y gracia. Además, se proclamaba una nueva era, un tiempo en el que lo que antes estaba destinado para el pueblo de Israel, ahora era accesible a toda la humanidad.

Esta era una noticia esperanzadora para los cristianos del primer siglo, pero también lo es para nosotros, los que vivimos en un mundo contrario a nuestra fe. Hoy también nosotros tenemos la esperanza puesta en un reino eterno. Para nosotros, igualmente, la victoria está ganada, pues toda situación difícil que podamos estar enfrentando tiene que sujetarse al Dios todopoderoso. Así que, como la iglesia del primer siglo, no estamos solos. Dios está con nosotros y nuestra esperanza está puesta en Él.

Oración

Señor Jesús, recibe toda alabanza y adoración. Gracias porque, aunque nos rodean luchas y quebrantos, Tú eres y Tú estás. Cada día te sentimos y depositamos en Ti nuestra fe y esperanza. Hoy, nuevamente te pedimos que aumentes nuestras fuerzas para que podamos seguir adelante hasta el día de Tu venida en gloria. Amén.

Autor: Migdalis Acevedo