Tú siempre puedes
24 de abril 2016
Tú siempre puedes
«Jesús le dijo: ¿Cómo que si puedes? ¡Todo es posible para el que cree!» Marcos 9.23 (DHH)
Recuerdo el anuncio de televisión en el cual un niño le entrega una pieza de ropa muy manchada a su madre, para que ésta resuelva el problema. La madre lo mira seriamente, pero el niño le dice: “tú siempre puedes”.
Sin ánimo de trivializar, recordé ese anuncio cuando Jesús le responde al padre del joven enfermo: ¿cómo que si puedes? El poder de Jesús nunca estuvo, ni está en cuestionamiento.
Justo antes de este episodio, en lo alto del monte, el mismo Dios habló desde una nube, validando a Jesús como Su Hijo amado al cual había que escuchar; ni a Moisés ni a Elías, a pesar del significado gigante de aquellos, para los judíos.
Ese es el Jesús que camina con la iglesia; el Jesús que camina contigo y conmigo. Ese es el Jesús que está en los momentos de gloria, tipo monte de la transfiguración, pero también está en los momentos de extrema necesidad de la intervención divina en otros y en nosotros. Es aquel que hace presencia en los momentos cuando las circunstancias oprimen, intentando minar nuestra fe, a pesar de que sabemos que, “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11.6). Es en esos momentos que cobra sentido el grito del padre del joven: “Yo creo. ¡Ayúdame a creer más”! (Mateo 9.24).
Creemos firmemente, cuando nuestro enfoque está en Jesús; enfoque que se logra en la medida que conocemos más y más Su bendita Palabra; al cual nos inspira.
Oración: Nos inspira Tu Palabra, dada a nosotros Señor, entregada por amor, en nuestro ser, ella labra. Seguirla, no descalabra, al contrario, nos enfoca. Cada día nos provoca, alumbra nuestro camino. Señala nuestro destino, con autoridad convoca. Amén