Por dentro y por fuera…

4 de septiembre de 2016

Romanos 2.12-3.8

 

«Pues no se es un verdadero judío solo por haber nacido de padres judíos ni por haber pasado por la ceremonia de la circuncisión.  No, un verdadero judío es aquel que tiene el corazón recto a los ojos de Dios.  La verdadera circuncisión no consiste meramente en obedecer la letra de la ley, sino que es un cambio en el corazón, producido por el Espíritu de Dios.  Y una persona con un corazón transformado busca la aprobación de Dios, no la de la gente.»  (Romanos 2.28-29)

 

En una ocasión me regalaron un reloj.  Por casualidad, una amiga tenía uno que parecía ser idéntico al mío.  Luego de algunas semanas después de usar el reloj, se dañó.  Cuando lo llevé al relojero, al inspeccionarlo, éste me informó que el reloj era una imitación.  No podía creerlo porque por fuera era idéntico al original.  Le pregunté al joyero que cómo podía saber que el reloj no era original.  Su respuesta fue que es muy difícil reconocerlo por fuera, pero cuando miras en su interior puedes descubrir su autenticidad.

 

Una vida auténtica comienza con el corazón.  Es necesario someternos a Dios por dentro, en nuestros corazones, tanto como afuera.  Podríamos decir que el cristiano auténtico es el que tiene la marca de Dios en el corazón.  Pablo señala que el rito de la circuncisión no es suficiente, hay que obedecer la ley que es una pauta para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y una advertencia de que no podemos vivir rectamente si no tenemos una relación íntima con Dios.  El verdadero judío, que es el que tiene el favor de Dios, no es la persona circuncidada, sino aquel cuyo corazón es recto.  Por lo que no bastan las marcas externas, se requiere una circuncisión del corazón.

 

Pablo aclara que la membresía en la familia de Dios se basa en cualidades internas, no solo externas.  Así que, los que tengan corazones rectos son miembros de la familia de Dios.  Así como la circuncisión no era suficiente para los judíos, tampoco lo es la religiosidad que oprime.  Dios busca nuestra sincera entrega y obediencia.  Esto nos conducirá a ser cristianos por fuera y por dentro.  Así tendremos la aprobación de cielo.

 

Oración

Dios omnisciente, examínanos.  Deseamos cumplir tus propósitos y los sueños que tienes para nosotros y nosotras.  Por eso, en los distintos procesos de vida, dirígenos para hacer Tu voluntad.  Haz una exploratoria en nuestro corazón y saca lo que no te agrada.  Ayúdanos a ser cristianos auténticos, desde adentro hacia afuera.  Por Cristo.  Amén.

Autor: Gina Marrero