Escapa por tu vida

8 de marzo de 2017

Génesis 19-20

 

“Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.” Génesis 19:17b (RV60)

 

El Mar Muerto es en realidad un lago, pero es llamado “Mar”, por su altísima salinidad.  Esta es también la razón por la cual de él emergen formaciones de sal que para algunos evocan la figura de la esposa de Lot.  Según el relato bíblico, esta mujer tornó su mirada atrás en la huida ante la destrucción de Sodoma y Gomorra.  Tal y como se le había advertido, al hacerlo se convirtió en estatua de sal.

Sodoma y Gomorra se habían corrompido grandemente.  El pecado y la inmoralidad eran tan rampantes, que los hombres de la cuidad, al ver a los ángeles enviados a Lot como mensajeros, le rogaron que se los entregaran para “acostarse” con ellos.

En medio de esta pecaminosidad, se mostró el amor y el cuidado de Dios para con los suyos.  No se supone que Lot estuviera allí.  Sin embargo, Dios, en Su misericordia, le advirtió acerca de la destrucción inminente de aquel lugar para que pudiera salvarse junto a su familia.  “Escapa por tu vida, no mires atrás, no sea que perezcas”, fue el consejo de Dios para él.

El mundo en el que vivimos no es muy distinto a esas ciudades enjuiciadas.  Conocemos las conductas que le fueron denunciadas y somos impactados por la vana manera de vivir de nuestro tiempo.  En estos tiempos los mandamientos y preceptos de Dios no son tomados en cuenta, muchas veces ni siquiera por los mismos creyentes.  ¿Culpable de la debacle que sufre la humanidad?… el pecado y la triste determinación que ha tomado el ser humano de sacar a Dios de su corazón.

La buena noticia es que, en medio de este panorama desalentador, hay esperanza.  Conocemos el amor, la misericordia y la justicia de Dios.  Sabemos que Él siempre llega a tiempo con el consejo y la palabra atinada, cuando nuestra alma está en peligro de muerte.  Dios nos dice con voz firme, pero tierna, como le dijo a Lot: “sal de la oscuridad y del pecado, sé libre del dolor y la desesperanza, escapa de la amargura, ven a mí y ya no mires atrás.  Tengo una nueva vida para ti”.

Oración

Amado Dios, Te doy gracias por Tu amor y Tus cuidados.  Ayúdame a fijar mis ojos en Ti y no mirar atrás.  Sostenme en el camino para que pueda guiar a otros hacia Ti.  En el Nombre de Jesús.  Amén.