El poder de la intercesión

17 de septiembre de 2017

Ester 4-7

«1 Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia.  2 Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían procurado poner mano en el rey Asuero.  3 Y dijo el rey: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto?  Y respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él».  Ester 6.1-3 RVR60

 

Ester y Mardoqueo son dos figuras centrales en este libro, los mismos se entrelazan para darnos una historia maravillosa de la intervención de Dios en momento de crisis y que son altamente complicados.  En medio de la realidad que vivía el pueblo hebreo en el reinado de Asuero, ocurre un evento que marca un momento único y trascendental para ellos, que es el plan de Amán para destruir a este pueblo.  Siempre en el camino de la vida habrá alguien que usted no le será agradable y, definitivamente, los israelitas no eran gratos para mucha gente y todavía hoy sigue siendo así.  Esta realidad prepara el escenario para que se den los elementos necesarios de un momento crucial y que hoy nos sirven de base para la reflexión.

Amán es un personaje ambicioso, oscuro, siniestro, malévolo y lleno de prejuicio, que tiene su mirada puesta en como lograr sus objetivos personales, no importando a quién se lleve por delante.  Su meta es Mardoqueo y su pueblo, su plan la destrucción del mismo.  En algunas ocasiones a las personas se les olvida que existe lo que llamamos la providencia divina.  La misma es aquello que usted y yo no podemos ver con nuestros ojos naturales, pero que está presente para proveer lo que es necesario en el momento oportuno.  Es la experiencia vivida por Abraham cuando Dios le pide que sacrifique su hijo y en el camino él mismo le pregunta dónde está el sacrificio y su padre le contesta, “Dios se proveerá”.  No sabemos cómo ni de dónde, pero sí sabemos que de alguna parte vendrá nuestro socorro. Como bien le dice Mardoqueo a su sobrina Ester, “Si callas en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos”.

Este evento da la oportunidad de unir voluntades y propósitos entre Ester y Mardoqueo, que junto al pueblo se unen para comenzar un periodo de intercesión, ayuno y oración.  El resultado de esta acción fue maravilloso y pudieron ver una vez más la obra del Señor.  Frente al momento crítico que vivimos como país, necesitamos unir voluntades y propósitos para buscar el rostro del Señor, quien puede intervenir en lo que parece imposible.  Necesitamos orar, interceder, clamar y humillarnos ante la poderosa mano de Dios.  Cuando no sepas que hacer, ora, en tu necesidad ora, tu oración es como perfume grato a los oídos de Dios.

Oración

Dios de todo poder, autoridad y gracia, quien Te complaces en el pueblo que Te busca.  Hoy nos humillamos ante Ti y reconocemos nuestra fragilidad humana que necesita de Tu intervención en este momento difícil que vivimos, obra de tal manera que lo que parece imposible Tú lo hagas real en medio de nuestro pueblo.  En el nombre de Jesús.  Amén.