Dedicación con celebración

15 de septiembre de 2017

Nehemías 12-13

 

«27 Cuando llegó el momento de dedicar la muralla, buscaron a los levitas en todos los lugares donde vivían, y los llevaron a Jerusalén para celebrar la dedicación con cánticos de acción de gracias, al son de címbalos, arpas y liras. 43 Ese día se ofrecieron muchos sacrificios y hubo fiesta, porque Dios los llenó de alegría. Hasta las mujeres y los niños participaron. Era tal el regocijo de Jerusalén que se oía desde lejos».  Nehemías 12.27, 43 NVI

 

El pueblo hizo un compromiso de obediencia delante de Dios.  Se consagró para vivir apartados del pecado, según dispone su Ley.  Ahora tenían que consagrar al Señor la ciudad.  Celebraron un gran culto con dos coros usando levitas de todo lugar y los instrumentos musicales del Rey David.  Hicieron procesiones sobre los muros con música y cánticos por lugares significativos en su historia como pueblo.  Dios llenó al pueblo de alegría.  Comenzaban un nuevo momento, donde reconstruyeron las estructuras, la vida espiritual y consagraban la cuidad.  Toda la celebración, les recordaba al soberano David; lo que implica que reafirmaban su gloria y la promesa de Dios de una dinastía eterna.  Dedicaron los muros y las puertas, hicieron libaciones y sacrificios agradables al Señor, porque brotaban de un pueblo contrito y dispuesto a obedecer Sus preceptos.  Reconocen que la victoria provino de la mano de Dios que les dio los recursos, tenacidad, sabiduría y discernimiento para mantenerse enfocados hasta lograr su cometido.  Toda gestión que realizamos demanda consagrarnos viviendo en rectitud e integridad delante de Dios y la comunidad; y que le dediquemos el fruto del trabajo.  Todo lo que edifiquemos y su gente deben dedicarse al Señor porque se usarán solo para un oficio sagrado.  Las personas dentro y fuera de las estructuras tenemos que adorar a Dios con todo y en todo.  Celebraremos de forma inclusiva porque la victoria es del Señor, quien desea impactar toda la comunidad.

Oración

Señor Te dedicamos con alegría todo lo que posemos, nuestra familia, nuestros bienes y nuestros trabajos.  Reconocemos que todo proviene de Tu mano poderosa.  Ayúdanos a vivir de rodillas humillados delante de Ti, reconociendo Tu Señorío sobre nuestra vida.  Ayúdanos a apartarnos del pecado para que nuestras celebraciones sean de Tu agrado y para Tu gloria.  Amén.