Con Dios no se juega

18 de junio de 2017

Jueces 16-18

 

«Y gritó de nuevo: “¡Sansón, los filisteos sobre ti!”.  Sansón despertó de su sueño y pensó: “Esta vez me escaparé como las otras”.  Pero no sabía que Jehová ya se había apartado de él».  Jueces 16.20 (RV95)

 

La vida de Sansón fue llena de tragedias por sus malas decisiones: el rompimiento de su nazareato al comer la miel dentro de un cadáver de león (algo inmundo); la decisión de tres mujeres que no fueron adecuadas; su inestabilidad de carácter; su arrogancia jugando con el don que Dios le dio (su fuerza) de “ahora sí y ahora no”, pensando que nada le pasaría y que controlaba la situación; el confiar en quien no debía.  Quizás en su inmadurez pensó que nada le pasaría, pero todo aquel que juega con fuego se quema.  Cuando revela la verdad de su fuerza y le cortan el cabello, dice el texto que “Jehová se apartó de él”.  Esto le costó su libertad, sus ojos, su dignidad, la mofa de otros y la angustia de sentirse solo.  Solamente cuando oró a Dios con corazón sincero vino nuevamente su fuerza, el Señor le escuchó y se la concedió.  La inmadurez de Sansón le costó mucho sufrimiento y posteriormente su vida.

Dios crea a cada ser humano con un buen propósito, que triste cuando en nuestros deseos egoístas no lo valoramos.  En la vida cristiana Dios nos capacita con dones (habilidades) para el servicio, valorémoslos, usándolos con madurez y gratitud para el bien.  Cuidemos de no jugar con Dios y lo que Él nos da, pues todo tiene sus consecuencias.

Oración

Dios de nuestras vidas, a Ti damos loor.  Gracias por la bendición y dones que nos das.  Ayúdanos a valorarlos, tomando decisiones adecuadas en nuestras vidas, no dejándonos llevar por nuestras pasiones y deseos mezquinos.  Que Tu Espíritu nos ayude a no dejarnos llevar por la tentación y libre del mal siguiendo Tu perfecta y buena voluntad.  Amén.