¿Papi, tienes cinco pesos que me prestes?

Semana 52 – 24 de agosto de 2017

¿Papi, tienes cinco pesos que me prestes?

 «No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle».  Proverbios 3.28 RVR1960

En muchas ocasiones, cuando niño iba donde papi a pedirle dinero a manera de préstamo.  En realidad, no era un préstamo, era una petición de dinero que no pensaba devolver, sino gastar.  Mi papá sabía que yo no lo devolvería y, aunque sabía que él siempre iba a salir con algún comentario de cómo lo estaba llevando a la quiebra o algo parecido, también sabía que él me iba a proveer lo que yo necesitara.  Nunca me dijo que no, a nada que fuera una verdadera necesidad.  Creo que nuestro Padre Celestial hace lo mismo con nosotros.  Pero, también creo que Dios nos pone en situaciones en las que podamos hacer lo mismo con nuestro prójimo.  Lamentablemente, en nuestros días la gente solamente hace un favor o da una ayuda si puede esperar recibir algo a cambio.  A veces, incluso lo hacemos con nuestros hijos e hijas.  Aunque no lleguemos al punto de decir: “bueno, te daré comida esta semana si te portas bien”, la verdad es que muchas veces restringimos lo que damos a condiciones.  No estoy diciendo que esto no deba ser así para algunas cosas.  Pero sí debemos ver nuestras relaciones familiares como oportunidades para bendecir y dar por gracia de las bendiciones que hemos recibido y no me refiero meramente a económicas.  ¿Qué tal dar cariño, dar abrazos, llamadas telefónicas, entre otras?  Qué tal si cambiáramos nuestra manera de pensar y comenzáramos a ver a los demás a nuestro lado, como oportunidades para darle a Jesús del mismo amor y la misma gracia y misericordia que Él nos ha dado.  Si alguien llega hasta tu vida, pregúntale al Señor de que manera tú puedes ser canal de bendición de parte de Él hacia esa vida.  Y dado que tu familia es parte de tu vida, comienza con ellos y ellas y pídele a Dios que te use para bendecirles y para apoyarles y alentarles en dirección a lo bueno.

CÁNTICO

Con manos vacías

Con manos vacías vengo a Ti, no tengo nada que darte.

No hay nada de valor en mí, no puedo impresionarte;

Te puedo entregar mi corazón, pero está quebrantado,

Recíbelo mi buen Pastor, Tú puedes restaurarlo.

Pongo mi vida a Tu servicio Señor,

no será mucho, pero la entrego hoy.

Y si mis manos hoy vacías están,

puedes llenarlas con Tu gran poder y amor;

Usa mis manos Señor.

Oración

Amado Dios, úsame para bendecir a las personas a mi alrededor, a mi familia, a mis hermanos y hermanas, a mis amigos y amigas, a mis compañeros y compañeras de trabajo.  Permite que en todo ellos y ellas vean que Tú eres también Su Señor, y que Tú quieres hacer una hermosa obra en ellos y ellas.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén.

Oportunidad de la semana

Cada persona al lado nuestro es una nueva oportunidad puesta por Dios para que podamos ser de bendición.  Comienza con examinar tus relaciones con los de tu casa.  Cómo los has bendecido en la última semana.  Luego expande tu circulo a las personas con las que interactúas en la escuela, en el trabajo, en la calle.  Pídele a Dios que te use como Su instrumento y que te dé la creatividad y sabiduría que quiere darte para servir a los demás.