Pastor Nelson Díaz Sáez
ICDC Luquillo
No guardes el arpa
Llamado a la Adoración
Lectura Bíblica: Salmos 137.1-3
“Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion”.
Entonemos el Cántico: Tu Fidelidad
// Tu fidelidad es grande
Tu fidelidad incomparable es
Nadie como Tú, bendito Dios
Grande es tu fidelidad. //
Oración de gratitud por la presencia de Dios
Lectura Bíblica Salmos 96.1-4
“Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra. Cantad a Jehová, bendecid su nombre; Anunciad de día en día su salvación. Proclamad entre las naciones su gloria, En todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Temible sobre todos los dioses”.
Entonemos el Cántico: Te alabarán, oh Jehová, todos los Reyes
// Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes,
Todos los reyes de la tierra, porque han oído
los dichos de tu boca y cantarán de los caminos
de Jehová //
// Porque la Gloria de Jehová es grande,
Porque Jehová es excelso en sus caminos,
Porque Jehová atiende al humilde,
Mas mira de lejos al altivo. //
Reflexión
Los sentimientos de los israelitas desterrados en Babilonia se expresan con intensidad creciente en los primeros cuatro versículos del Salmo 137. El Salmo evoca primero la tristeza, la nostalgia y la humillación. Notemos que dicen: Allí nos sentábamos, y aun llorábamos: Los inmensos ríos de Babilonia les decían a los exiliados, tú ya no estás en tu hogar. Mientras recordaban a Sion lloraban. Lloraban por la muerte de tantos seres amados, por la pérdida de casi todo lo que poseían, por la destrucción de la ciudad de Jerusalén y de su templo, por la crueldad de sus captores, por la cautividad forzada de su presente, por la débil naturaleza de su futuro. Y peor aun, los que los habían llevado cautivos les pedían cánticos alegres, lo cual era una burla hacia quienes estaban llorando su cautividad y su ausencia de su tierra. Por eso los cautivos colgaron las arpas, porque entendían que no había motivos para cantar y alabar a Dios en otra tierra. De pronto todo les cambio, no tenían sus tierras ni tampoco su templo.
Hoy en día la pandemia nos ha cambiado, ha cambiado muchas cosas y de alguna forma nos hemos sentido cautivos. De repente, todo lo que teníamos libre acceso, cerró. Hemos visto cómo muchos seres queridos o amistades han partido de esta tierra por consecuencia del virus. Los lugares de trabajos se han trastocado y muchos han perdido los mismos. De momento, el abrazar y besar se convirtió en un arma letal. Y nuestros niños(as) han tenido que ajustarse a nuevas formas de aprendizaje. También hemos visto cómo hemos tenido que modificar nuestros cultos y nuestra asistencia al santuario. Al día de hoy no todos los templos están abiertos y los que están abiertos, no toda la feligresía ha podido congregarse, en especial nuestros ancianos(as). Ante este cuadro muchos han sentido el deseo de colgar sus arpas.
Pero te invito a que, en medio de toda esta situación, podamos tocar el arpa con más fuerzas. Que los que nos rodean puedan escuchar la canción del pueblo de Dios. Hoy más que nunca nuestro país necesita escuchar a una Iglesia que sigue tocando el arpa y adorando a Dios por encima de todo. Recuerda que la Iglesia somos cada uno de nosotros. Y no olvidemos que Dios está con nosotros como poderoso gigante. Su Espíritu Santo nos acompaña y nos fortalece cada día. Y su Espíritu Santo nos llena a plenitud. Pero recuerda que tener el Espíritu Santo no significa excepción de tormentas y crisis, sino que significa que aun cuando tengas problemas, vas a ser de bendición para los demás. Cuando tenemos el Espíritu Santo podemos tocar el arpa no importando las dificultades y los obstáculos que puedan llegar a nuestras vidas. La presencia de Dios en nuestras vidas nos permite hacer cosas inexplicables y lograr sueños inalcanzables. Así que te invito a que no cuelgues el arpa. Que así nos ayude Dios.
Oración de Intercesión
-Por nuestros niños(as) en su nuevo reto de enseñanza virtual
-Por los maestros(as) que se están ajustando a las clases virtuales
-Por el proceso eleccionario de nuestro País
-Por la salud mundial
-Por las familias y sus peticiones
Entonemos el Cántico: No hay nadie como Dios, no hay nadie
// No hay nadie como mi Dios, no hay nadie//
Yo le amo, Él me ama. Yo le pido, Él me da.
Yo le llamo, Él me responde. Contesta mis peticiones.