Altar Familiar #4

Nuestro dulce refugio

Pastora Jocelyn Rodríguez

ICDC Toa Alta Heights

  • Un miembro de la familia dirija una oración de gratitud a Dios por su amor.
  • Leamos la Palabra de Dios en el Salmo 32.6-7.

Por eso los fieles te invocan
    en momentos de angustia;
caudalosas aguas podrán desbordarse,
    pero a ellos no los alcanzarán.
 Tú eres mi refugio;
    tú me protegerás del peligro
    y me rodearás con cánticos de liberación. 

  • Meditemos.

Cuando éramos pequeños y nos encontrábamos en dificultad, inmediatamente de nuestros labios salía un fuerte “¡¡¡Mamá!!!” o “¡¡¡Papá!!!”, entendiendo que eran ellos quienes nos podían socorrer en ese momento. Reconocíamos su autoridad sobre nosotros y sentíamos alivio al saber que ellos nos podían defender y poner a salvo ante cualquier peligro. Esto es lo que me parece que estaba haciendo el salmista en estos textos. Se encontraba en problemas, en angustia y desesperación, pero él sabía cuál era su posición de hijo y que contaba con un Padre que lo podía socorrer. Tanto así que nos presenta la situación de caudalosas aguas que puede ser todo aquello que no esté a nuestro alcance controlar o eventos que nos sintamos impotentes. Pero ante todo ese escenario, por cuanto has invocado al Señor, Él vendrá en tu socorro. Las caudalosas aguas no te alcanzarán porque has recurrido a quien único puede salvarte del peligro. Ese es el Señor. Para esto, es esencial nuestra fidelidad a Dios. Esa fidelidad producirá seguridad y protección a nuestras vidas. El Señor nos libra del peligro porque le hemos invocado. ¿Estás viendo caudalosas aguas en tu vida? Tengo buenas noticias. Si le eres fiel a Dios, Él te promete que esas aguas, esas circunstancias o noticias contrarias no te alcanzarán. Tal vez sintamos que las aguas suben mucho, pero nosotros contamos con nuestro dulce refugio. Contamos con nuestro protector. Los momentos adversos nos dan el espacio para encontrar a Dios. Esto lo sabía muy bien Jeremías, pues el Señor le dijo: Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme. Sí, me encontrarán —dice el Señor” (Jeremías 29.13). Qué tal si aprovechas este tiempo para encontrarte con tu Dios, para encontrarte con tu dulce refugio.

  • Oremos: 

“Señor te pedimos que nos ayudes a entender cada día que solo Tú eres nuestro refugio en todo momento. Que solo dependemos de ti y a ti te necesitamos. Fortalécenos en el nombre de Jesús. Amén”. 

  • Entonemos el cántico “Tu fidelidad es grande”.

Tu fidelidad es grande
Tu fidelidad incomparable es
Nadie como tu bendito Dios
Grande es tu fidelidad.

  • Motivos de oración:
  1. Fortaleza para las familias que han perdido sus familiares.
  2. Sabiduría y protección por el personal médico y personas que salen a trabajar todos los días.