Verdadera esperanza

31 de diciembre de 2016

Hebreos 6

Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme al barco. Hebreos 6.19a (DHH)

 

Los barcos me impresionan.  Son una masa enorme, de distintos materiales, muy pesada, que logra mantenerse a flote y viajar grandes distancias.  Cuando llegan a puerto se mantienen seguros, gracias al ancla clavada en el lecho marino.  Antiguamente, el ancla era una cesta llena de piedras amarrada al exterior del bote o barco.  Con el dominio humano del trabajo en hierro y otros metales, se hicieron más sofisticadas.

La comparación de la esperanza con un ancla, es muy particular.  La imagen es de seguridad, de permanencia, a pesar de que haya fuerzas contrarias que empujan el barco, mar afuera, sin control, con las implicaciones funestas que eso tiene.

La esperanza es fundamental para la vida de los cristianos.  Permea a través de toda la escritura bíblica y la vida de las personas y el pueblo que Dios llamó.  Jesús perfeccionó, por así decirlo, el concepto de la esperanza.  Nos mantiene firmes y confiados a pesar de que los sentidos físicos nos empujan a la desesperación y la desconfianza.  Y es así, porque Él lo garantiza con Su entrega en la cruz y lo ratifica con Su resurrección.  Nuestra alma está segura para la vida actual y para la vida futura en la eternidad.

Desde niño aprendí: “alma mía, reposa, porque de Él es mi esperanza” (Salmo 62.5).  Hoy se requiere vivir en esperanza no etérea y sin fundamento.  Esa clase de esperanza solo la encontramos en Cristo el Señor.

¿Está segura tu alma?  ¿En quién has depositado tu esperanza?

 

Oración

¡Que hermoso es saber, Señor, que eres esperanza que no defrauda!  Gracias porque al estar en Ti, no estamos al vaivén de ideas o creencias sin fundamento que empujan a la deriva.  En Cristo Jesús.  Amén.

Autor: Luis Montañez