Una aportación necesaria: la fuerza de la tercera edad

La intención nuestra en nuestro breve escrito de hoy es poder aclarar la autopercepción de las personas de la tercera edad sobre sí mismos, en tiempos en que dicha población crece en Puerto Rico.  Si en los años por venir Puerto Rico carece de la producción de dicho sector, seguramente nos aproximamos a otro precipicio en el sustento de todo el pueblo.

Sobre eso de la tercera y cuarta edad, le voy a dar mi opinión.  Eso es como con los carros.  No se está corriendo bien hasta que uno llega a tirar tercera y cuarta.  En primera, el carro casi ni se mueve.  Mucho ruido y poca velocidad.  En la tercera edad, ya no hacemos tanto ruido, pero avanzamos.  Por eso nos dicen de avanzada edad.  Siendo yo pastor de Espinosa y papi de Calle Comerío, aprendí que papi hacia mucho más con menos esfuerzo.  Con la edad viene la maña y la experiencia.

En Puerto Rico nos hemos creado la falsa percepción que hay que trabajar hasta los 62 y en su máximo, hasta los 65.  Es un error muy grande.  La gente está viviendo hasta 90 y 100 años.  En los tiempos bíblicos mucha gente moría antes de los 50.  Era un éxito llegar a los 70.  En los más robustos, 80.  Ya no es así.  Eso de pensar que la vida activa termina a los 62, es una soberana locura.  Mi mamá cumplió 90 años y gobierna.

Con 62 años, tengo edad suficiente para ser Pastor General.  Ahora, eso sí, soy demasiado de muy joven para ser Papa de la iglesia católica.  Mi padre decía que los protestantes jubilamos a nuestros ministros, cuando los católicos lo nombran Papa.   El Papa Francisco tiene 80 años y preside la Iglesia Cristiana con mayor membresía en el mundo.  Madruga y trabaja todos los días.  Tiene un horario horrible.  Y en Puerto Rico creemos que después de los 62 no se puede trabajar.  Mire, no es común ver un dirigente de Grandes Ligas de Béisbol con 18 años.  Yo nunca lo he visto, y no lo recomiendo.  La mayoría de los dirigentes de Grandes Ligas son de la tercera edad.  Producen en el terreno de juego y para sus familias.  Bernie Sanders corrió para presidente de los Estados Unidos a la edad de 75 años.  Pudo ser presidente hasta casi los 80.  De hecho, es congresista y lo será hasta los 79.   Dianne Feinstein, la congresista de California, tiene 83 años.  El representante Ralph Hall, de Texas, fue el congresista con mayor edad en el pasado congreso con 91 años, trabajando a tiempo completo a nivel nacional.  En el 2015, a la edad de 93 años, Sumner Redstone era el CEO y Presidente de CBS y Viacom ganando millones de dólares al año, por lo productivo que era en su trabajo.  Ronald Reagan fue presidente hasta los 70 años y productivo hasta prácticamente los 78 años.   Si usted tiene entre 70 y 80 años, usted cualifica para trabajar a tiempo completo como presidente de la nación más poderosa del mundo o para ser Papa de la Iglesia Católica.  De hecho, Donald Trump ya tiene 70 años de edad, cumple 71 en junio.  Su contrincante, Hilary Clinton quizás perdió por ser muy jovencita.  Solo tiene 69 años de edad.  El Vicepresidente Biden tiene 74 años de edad.  

Olvídense de cómo la sociedad los mira y los criterios culturales errados que enseñan cosas equivocadas sobre la edad.  Lo importante aquí es cómo Dios nos mira y cómo nosotros mismos nos vemos delante de la presencia de Dios.  Para la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico, las personas de la edad de oro brillan con destellos de esperanza.  Ese oro brilla más al ser reflejo del amor y de la gracia que irradia nuestro Señor y Salvador Jesucristo sobre ustedes y que ustedes a su vez proyectan al interior de la iglesia y en esperanza hacia el país.