La Gran Comisión

10 de abril de 2016

Mateo 27.45–28.20

La Gran Comisión

«Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.  Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».  (Mateo 28.19-20)

El evangelio de Mateo culmina con una encomienda para los seguidores de Jesús.  Ya los discípulos habían sido testigos de la resurrección del Mesías.  Jesús había cumplido Su promesa y les prometió algo más.  Jesús dejó una encomienda.  Ese mensaje que habían visto y oído tenía que ser compartido.  Otros tenían que saber que la obra redentora de Cristo en la cruz trasciende el tiempo y lugar.

La gran comisión no fue exclusiva para aquellos discípulos que estaban junto a Jesús en ese momento.  El Señor nos llama a que enseñemos sus proezas y guardemos en nuestro corazón lo que Él nos ha enseñado.

Es una gran responsabilidad que conlleva enfrentar muchos retos y obstáculos en el camino.  No obstante, Jesús es tan bueno y nos conoce tan bien, que nos dejó una promesa para que continuemos confiando en Él.  Jesús prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Nos corresponde hacer nuestra parte, movernos a la acción de ir, hacer discípulos y enseñarles los mandatos de Jesús.  Él ya prometió que nos acompañará todos los días.

¡Qué bueno que el Señor nos acompaña hoy!

Oración: Señor, agradecemos tu presencia en nuestra vida.  Queremos experimentar tu compañía y que renueves nuestras fuerzas para que podamos hacer Tu voluntad.  Ayúdanos a cumplir con la gran comisión y agradarte a Ti en todo lo que hagamos.  Oramos por tu Hijo Jesús.  Amén.