El mejor lugar es estar en la presencia del Señor

Salmos 23-27

«4Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo. 5Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca.»  Salmo 27.4-5 (NVI)

 

El salmista expresa una confianza plena en el Señor, capaz de disipar cualquier temor frente a la amenaza de su adversario.  Su seguridad en la intervención de Dios lo lleva a reclamar una sola cosa en su vida o a perseguir un solo objetivo existencial.  Su único motivo de vida es estar en la presencia del Señor por siempre.  De frente a Dios, en el santuario, símbolo de la presencia divina, puede contemplar Su hermosura y recrearse.  En ese lugar santo y en Su presencia lo resguarda el día de la aflicción y lo protege al amparo de Su tabernáculo.  El santuario y tabernáculo eran refugio en las crisis del tiempo de guerra.  Por tanto, en ese lugar y en Su presencia siente la certeza de la victoria sobre el adversario.  Cuando se aproxima el tiempo de crisis y las circunstancias nos ejercen presión, solo encontramos sustento, seguridad y protección en la presencia del Señor.  Sabemos que Dios se manifiesta en todo lugar y que no está atrapado en el templo.  Sin embargo, la Casa de Dios sigue siendo lugar de refugio cuando experimentamos las grandes crisis que retan nuestras seguridades.  El templo o la casa que edificamos para adorarle es donde nos apartamos para orar y buscar comunión con Dios.  En ese encuentro con el Señor experimentamos Su paz, seguridad y la certeza de la victoria sobre las circunstancias.  En esa casa me he refugiado muchas veces y el Señor me ha mostrado Su rostro, he contemplado Su hermosura, Su ternura y he recobrado aliento y fuerzas para luchar y vencer.

Oración

Señor, anhelo estar en Tu presencia cada momento de mi vida.  Tu eres quien único me proporcionas seguridad, confianza y paz para afrontar los desafíos de la vida.  Ayúdame a buscar en la vida la mejor parte, nutrir mi espíritu en comunión con Tu presencia divina.  Amén.