«Él es mi paz»

10 de enero de 2017

Hebreos 12.14-29

 

«Traten de vivir en paz con todos, y de obedecer a Dios; porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara. No dejen que nadie se aleje del amor de Dios. Tampoco permitan que nadie cause problemas en el grupo, porque eso les haría daño; ¡sería como una planta amarga, que los envenenaría!». Hebreos 12. 14-15 (TLA)

 

¡Dios nos llama a obediencia! «Porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara». Pero, además del llamado a la obediencia, nos exhorta a través de Su Palabra: «Traten de vivir en paz con todos».

La paz tiene que ver con el bienestar del otro. Entre los judíos, es una forma de saludo que persigue con ánimo profundo que el otro viva un estado de plenitud provocado por Dios. En cautiverio, Dios dio palabra al profeta para su pueblo: «procurar la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz». Mahatma Gandhi, quien hizo de la resistencia pacífica su principal arma de lucha por la libertad de su pueblo, dijo: «No hay camino para la paz, la paz es el camino». Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida, dijo: «les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo».

Muchas cosas se pueden decir sobre la paz. Pero ¿cuántas cosas hacemos por la paz? ¿Nuestras acciones procuran la paz? El apóstol Pablo, en su epístola a los Romanos, nos enseña: «Justificados, pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo». Así pues, Él que dijo: «pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» en su afirmación fue fortalecido por un ángel del cielo.  «Y estando en agonía, oraba más intensamente» y añade el texto que «era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra».

Después de la afirmación, ser fortalecido y orar con mayor intensidad, Jesús se levantó y entregó Su vida en la cruz del Calvario para reconciliarnos con Dios. ¡Qué manera de procurar la paz! No basta con querer la paz. Tampoco es suficiente afirmarla con nuestras palabras «que se haga tu voluntad». La exhortación del autor de Hebreos a tratar de vivir en paz no es un tímido o liviano esfuerzo. Es un llamado a ver a Dios en el otro. Quien quiera ver a Dios cara a cara, tendrá primeramente que verle en los ojos de aquellos a quien Él nos llama a amar. Esa es la obediencia que nos enseñó Aquel que se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz para darnos su paz, no como el mundo la da.

 

Oración

Señor, Tu Palabra dice: «Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela». Queremos caminar en obediencia y procurar Tu paz, para establecer relaciones de vida que en humildad nos lleven al encuentro cara a cara. En el nombre de Aquel que es Camino, Verdad y Vida. Jesucristo el Señor. ¡Amén!

Autor: David Cortés