Contumacia

31 de agosto de 2017

2 Crónicas 24-26

 

«Sin embargo, el Señor les envió profetas para hacer que se volvieran a él.  Pero la gente no hizo caso a las amonestaciones de los profetas».  2 Crónicas 24.19 DHH

 

Contumacia es una palabra poco verbalizada.  Significa tenacidad y dureza en mantener un error a pesar de saber que se está actuando incorrectamente.

Cuando escribo, se habla del arresto de un exsecretario del gabinete de gobierno, junto a otras personas, por acciones concertadas para cometer fraude con dinero gubernamental.  Al ver estos actos, decimos, ¿otra vez?

Lamentablemente se comprueba el refrán: “nadie escarmienta por cabeza ajena”.  Habría sabiduría en revertir ese postulado puertorriqueño.

El final de los años de Josafat fue muy distinto a su previo buen proceder.  Escuchó el consejo falso y adulador de sus pares y olvidó la enseñanza de Dios por boca del sacerdote que le acompañó y guio por muchos años.  Se volvió contumaz.

Errar por ignorancia es muy distinto a fallar porque obstinadamente se insiste en el mal comportamiento.  La consecuencia de la obstinación a la maldad es la ruina humana y espiritual.

Educamos a nuestros hijos para que sepan distinguir lo correcto de lo incorrecto.  Cuando alguno de ellos insiste en algún mal proceder, sufre y sufrimos.

Los cristianos del siglo 21 tenemos la ventaja de leer y analizar las acciones equivocadas de Israel y de Judá.  La lectura y estudio debe provocar en nosotros el vivir una vida en obediencia a los preceptos del Padre amante.

Apropiándonos de Su hermosa Palabra y disfrutando de la compañía del Espíritu Santo, que nos guía a toda verdad, viviremos en obediencia.  Los beneficios son provechosos para esta vida y para la venidera.

Oración

Gracias Padre que Te revelaste a nosotros a través de Tu Hijo y Su testimonio está en Tu bendita Palabra.  Ella es referente de vida cincelada en nuestra mente.  Amén.