¿Podríamos vivir juntos en una isla desierta?

Semana 49 – 3 de agosto de 2017

¿Podríamos vivir juntos en una isla desierta?

«En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente».  Proverbios 10.19

Cuenta la historia de esta familia con muchas dificultades en sus relaciones interpersonales, en su toma de decisiones, en el manejo de sus recursos y, en general, en sus comunicaciones.  Ninguno tenía tiempo para más nadie, y en los momentos en que, por casualidad, coincidían, acababan con una gran discusión.  Luego de algún tiempo, siguiendo recomendaciones de un consejero, decidieron tomar un paseo juntos en una lancha para cierta región pintoresca, pero el viaje resultó en un naufragio y aunque sobrevivieron llegaron a una isla desierta donde no tenían facilidades ningunas, ni tenían medios de comunicación, ni tenían comida en abundancia, ni ropa extra, ni nada de eso.  Se necesitaban unos a otros para poder sobrevivir.  Se les hizo bien difícil, pero, ciertamente, pudieron sobrevivir y padres e hijos aprendieron unos de otros y conocieron el valor de cada miembro de la familia.  Al no tener nada que les ocupara el tiempo, se dieron a la tarea de escucharse unos a otros y aprendieron a comunicarse mejor, se dieron cuenta que juntos podían enfrentar mejor los temores que les acechaban y como familia se dieron cuenta de que si se mantenían orando juntos diariamente en algún momento se sentían que podían enfrentar lo que fuera.  Algunas semanas después fueron rescatados y volvieron a su hogar, al cual llegaron llenos de alegría, pero cuando arribaron al mismo se dieron cuenta cuánto habían cambiado y que ya no eran los mismos.  Decidieron en ese momento que no importa lo que sucediera siempre considerarían su casa como aquella isla desierta que en medio de muchas dificultades los había unido y les había permitido crecer en amor mutuo.  Las normas básicas serían tres: tratarían de sacar tiempo para orar juntos diariamente, le darían prioridad luego a escucharse unos a otros antes de molestarse, y si cualquiera de los miembros de la familia confrontaba una situación difícil, podría decir a los demás “Isla desierta” e inmediatamente todos irían a un lugar de reunión en el patio detrás de la casa y luego de un abrazo extendido discutirían como podían apoyarse.  Ahora, ustedes como familia, ¿creen que podrían vivir en una isla desierta?  ¿O tal vez pueden tomar las dificultades del desierto de la vida y convertirlas en momentos de crecimiento en el amor mutuo?  Con la ayuda de Dios, es posible así hacerlo.

 

CANTICO: Océanos (Hillsong)

Tu voz me llama a las aguas, donde mis pies pueden fallar.

Y ahí Te encuentro en lo incierto, caminaré sobre el mar.

 

A Tu nombre clamaré, en Ti mis ojos fijaré en tempestad.

Descansaré en Tu poder, pues Tuyo soy, hasta el final.

 

Tu gracia abunda en la tormenta, Tu mano Dios me guiará.

Cuando hay temor en mi camino, Tu eres fiel y no cambiarás.

 

A Tu nombre clamaré, en Ti mis ojos fijaré en tempestad.

Descansaré en Tu poder, pues Tuyo soy, hasta el final.

 

Oración

Amado Dios, permítenos que como familia podamos enfrentar juntos las dificultades que se nos presentan y que podamos utilizarlas como oportunidades para crecer en Tu amor.  Danos sabiduría y fuerzas para así hacerlo.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén.

Oportunidad de la semana

Establezcan como familia un lugar que les sirva de isla desierta, donde puedan encontrarse y apoyarse al cien por ciento. Establezcan sus reglas básicas y recuerden que juntos son muchísimo más fuertes que cada uno por separado.